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Unión Europea busca protegerse de las noticias falsas

Lutz Güllner, jefe de la División de Comunicaciones Estratégicas del Servicio Exterior de la Unión Europea, conversa con Diario Libre sobre sus acciones para enfrentar las fake news

La Unión Europea tiene claro que una información falsa (o fakes news, como se conoce su versión en inglés) tiene un impacto negativo en los sistemas político y social que rigen la vida de un país, y busca protegerse de sus efectos.

La colaboración entre los estados y la posible regulación de los flujos de esas informaciones son algunas de las alternativas que discuten sus países miembros para enfrentar el auge de un fenómeno que encuentra caldo de cultivo en una población que pasó de ser consumidora pasiva a generadora de contenidos.

De las acciones que implementan, conversa con Diario Libre el jefe de la División de Comunicaciones Estratégicas del Servicio Exterior de la Unión Europea, Lutz Güllner.

“La desinformación la hemos visto por años, no es un fenómeno nuevo. La forma de distribuir esas informaciones y llegar a las audiencias es lo diferente, pues en el pasado, simplemente se podía consumir un tipo de información, pero ahora mismo se puede redireccionar a una audiencia específica y hacer que actúe bajo esa información que le ha llegado”, señala.

Dentro del concepto de desinformación incluye aquellas informaciones que cumplen con ciertas características: tienen una intención clara de provocar un determinado efecto, no son producto de la ironía ni de la ignorancia; son coordinadas por una o varias personas para su propagación y tienen un objetivo claro, que puede ser político (como ganar unas elecciones) o comercial (para ganar dinero).

Ejemplos del efecto de la desinformación en la política se encuentran en el Brexit y las denuncias de interferencias extranjeras en las elecciones de Estados Unidos en 2016, pero Güllner cita el caso específico de Lisa. Se trata de una adolescente de 13 años que, en Alemania, dijo que había sido secuestrada y violada por unos inmigrantes para evitar un castigo de sus padres.

La información se difundió a través de redes sociales y generó varias protestas de grupos antimigrantes, también el pronunciamiento del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, pues la familia de la adolescente era de ascendencia rusa.

Güllner reconoce que no existe un mecanismo que permita medir la proporción del impacto de una noticia falsa, pero la Unión Europea tiene en su agenda el tema para “tratar de crear un sistema de protección, ya sea a los procesos democráticos, no solo en las elecciones, sino para poder proteger el debate público” de su efecto.

Pretenden conseguir un equilibrio entre la manipulación del público y el salvaguardar la libertad de expresión, conscientes de que cuando se comienza a limitar lo que las personas pueden o no pueden decir, entonces se cruza la línea de tratar de censurarlas.

Una de las acciones que implementan desde la Unión Europea es generar sus propias informaciones sobre lo que se está manejando en el momento, mediante la inversión en investigación y herramientas analíticas. Han decidido incrementar la cooperación internacional entre sus estados miembros para intercambiar informaciones sobre tácticas, pero también con algunas plataformas como Facebook, Google o Twitter.

“Tenemos un código de prácticas, es un código que es voluntario y las plataformas aceptan o no este código que dice que tienen que trabajar con transparencia. Cuando se trabaja propaganda política, tienen que tener un escrutinio de lo que es la información que se está manejando en esas plataformas y cuáles se están usando para generar dinero”.

Güllner refiere que en la actualidad, la Unión Europea discute si dan o no el paso hacia la regulación de las informaciones.

Fuera del debate gubernamental, es necesario además crear conciencia y dotar de herramientas a los usuarios para que puedan interpretar y juzgar si lo que están viendo es información veraz o falsa.

“Es hacer que tengan idea de donde están obteniendo esa información, pues no podemos decirle si una información es real o falsa con especificidad, sino de donde viene y si la página de donde viene es confiable, pues sabemos quiénes son los dueños, o conocemos de donde obtienen la información que brinda a los diferentes usuarios”, explica.

Otro punto que refiera Güllner es el apoyo del gobierno a redes de periodistas que se comparten información unos con otros y que hacen una revisión de los hechos para asegurarse que una información sea correcta, a fin de combatir las noticias falsas.

TEMAS -

Es periodista en Diario Libre.