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Crisis del agua
Crisis del agua

Agua y PIB

La producción del sector agropecuario está siendo afectada por la aguda escasez de agua que padece el país, la cual trastorna también la vida en los hogares dominicanos.

La magnitud del impacto sobre el PIB dependerá de la duración de la sequía, pero en algunas zonas será cuantiosa.

La escasez de agua, sin embargo, pone de relieve una de las paradojas, o irracionalidades, de la economía. A medida que un bien antes abundante se torna escaso, su precio de mercado sube y se desarrollan a su alrededor actividades que generan ingresos para quienes las llevan a cabo.

Ese efecto ya lo hemos experimentado con el agua potable.

El negocio de los botellones de agua ha crecido como la espuma, a medida que ese producto vendible ha desplazado al uso para esos fines del agua del acueducto, sea que ésta se utilizara sin tratar o filtrada o hervida, por razones de tiempo, contaminación y costo de la electricidad y el gas.

También florece el negocio de los camiones que venden agua, la construcción de cisternas, la fabricación de tinacos, la venta y reparación de bombas y la perforación de pozos.

Aunque para adquirir esos productos y servicios los consumidores dejan de comprar otras cosas, afectando el PIB de esos sectores, el efecto a mediano plazo será de un alza del PIB conjunto, en la medida en que la economía se dinamice por la adición de nuevas actividades.

Eso no significa, evidentemente, que la calidad de vida aumente, del mismo modo en que no aumenta por el auge de la delincuencia, la cual provoca que suba el PIB correspondiente a los servicios de vigilancia, las cámaras y equipos de seguridad, la fabricación de rejas de hierro y las ventas de puertas blindadas, mientras se deteriora el nivel de vida de la población.

El agua demuestra algo que los economistas conocen desde hace tiempo.

El PIB no mide paz, alegría o felicidad. Sólo suma los valores monetarios resultantes de las actividades económicas.

gvolmar@diariolibre.com

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