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Clásico: Puerto Rico y Yadier Molina van por lo más alto del podio

Después de representar a Puerto Rico como receptor en las primeras cuatro ediciones pasa a ser el dirigente

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Clásico: Puerto Rico y Yadier Molina van por lo más alto del podio
El infielder puertorriqueño Francisco Lindor de los Mets de Nueva York durante un entrenamiento previo a un juego de pretemporada contra los Nacionales de Washington, el 3 de marzo de 2023, en Port St. Lucie, Florida. (AP/LYNNE SLADKY)

Yadier Molina no se dio respiro tras culminar una exitosa carrera de 19 años como receptor en las Grandes Ligas.

Apenas sus Cardenales de San Luis quedaron eliminados en los playoffs, el puertorriqueño empacó maletas rumbo a Venezuela para dirigir a un equipo de la liga invernal de ese país, los Navegantes del Magallanes. Logró llevarles a la fase de todos contra todos, a un paso de la final.

Su primera experiencia como mánager ratificó su combativo temple. Fue expulsado en tres juegos durante un lapso de la temporada en noviembre.

“Eso fue peculiar”, comentó Alex Cora, el actual manager de los Medias Rojas de Boston.

Cora acaba de encontrarse con Molina en el campamento de Puerto Rico en la antesala del Clásico Mundial de béisbol.

A sus 40 años, Molina vuelve a una cueva para comandar a un equipo como piloto, esta vez a una selección puertorriqueña con pretensiones por todo lo alto luego de alcanzar las finales del Clásico en sus dos anteriores ediciones.

Apenas lleva cinco meses retirado como pelotero. ¿Lo extraña?

“Para nada”, respondió tajante el nueve veces ganador del Guante de Oro y dos veces campeón de la Serie Mundial con los Cardenales.

“Yo ya pasé esa faena. Me siento contento. No extraño mucho ser jugador”, añadió Molina. “La mente la tengo enfocada en ser coach. Ya pasé esa página y estamos aquí tratando de ayudar a estos jóvenes a llevarnos un campeonato, la medalla de oro”.

Molina entiende la magnitud que el Clásico reviste para Puerto Rico. Fue jugador en las cuatro primeras ediciones, a partir de 2006 — en los albores de su tercera campaña en las mayores.

“Cada vez que habla, uno lo escucha", comentó el infielder y jardinero Kiké Hernández. “Estamos en buenas manos”.

Sin tener la misma cantidad de estrellas rutilantes de otros oponentes, los boricuas excedieron las expectativas con sus subcampeonatos en 2013 y 2017, sucumbiendo en las finales ante la República Dominicana y Estados Unidos, respectivamente.

El distintivo de esos equipos fue su buena sintonía — con jugadores que aceptaron ceder sus posiciones habituales para conformar una alineación completa — y poner en la práctica un béisbol de muchos fundamentos.

Sin embargo, la polémica sacudió a la selección el año pasado.

Eduardo Pérez, actualmente comentarista de ESPN, había sido nombrado como gerente del equipo en sustitución de Cora y empezó a buscar un nuevo piloto. Súbitamente, Pérez presentó su renuncia en septiembre pasado por desavenencias con la federación boricua en cuanto al nombramiento del mánager — los dirigentes se habían inclinado por Molina.

Los puertorriqueños quieren reeditar al máximo lo que les funcionó hace seis años.

Como aquella vez, el equipo se ha teñido el cabello de color rubio, incluyendo al piloto. “Tenía que ser así. Me metía en problemas si no lo hacía”, dijo Molina.

Puerto Rico jugará en Miami durante la primera ronda y se medirá contra Venezuela, Nicaragua, Israel y los dominicanos.

La alineación tiene al capitán y torpedero Francisco Lindor como baluarte, rodeado por Javier Báez, Hernández, Eddie Rosario y Christian Vázquez.

Hubo dos bajas sensibles, cuando el infielder Carlos Correa renunció a ser convocado debido a que su esposa está por dar luz. José Miranda, otro infielder y que es compañero de Correa en los Mellizos de Minnesota, quedó descartado por una lesión.

La fragilidad del equipo recae en su rotación de abridores, con Marcus Stroman y José Berríos como las únicas cartas fiables.

Pero Molina confía en mitigar eso con un potente bullpen, en el que sobresalen los hermanos Edwin y Alexis Díaz, cerradores con los Mets y Rojos, respectivamente. Edwin fue el líder de las mayores en 2022 con 17,1 ponches por cada nueve innings.

En un cambio de bando, Stroman decidió pasarse a Puerto Rico debido a las raíces de su madre, Adlin. El pitcher de los Cachorros de Chicago fue el verdugo de los boricuas al abrir por Estados Unidos de 2017 y lanzó seis innings en blanco rumbo a la victoria 8-0.

“Este es un equipo que tiene todo para hacer algo especial”, dijo Stroman. “Sólo quiero aportar de cualquier manera posible”.

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