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El fenómeno Juan Soto solo necesitó 122 partidos para llegar a Las Mayores

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El fenómeno Juan Soto solo necesitó 122 partidos para llegar a Las Mayores
Juan Soto es un bateador de poder con un brazo por encima del promedio. (AP)

SANTO DOMINGO. Mientras millones de seguidores del béisbol esperan en cualquier momento la llamada a Vladimir Guerrero Jr., a las Grandes Ligas con 19 años, Juan Soto, otro prospecto dominicano, firmado en la misma promoción, cuatro meses mayor de edad y tomado en el pasado draft de Lidom ha tocado por tercera.

Ayer, Soto irrumpió con fuerza en la gruesa enciclopedia del béisbol dominicano. Los Nacionales lo llamaron el sábado y el domingo cuando salió a batear frente a Erik Goeddel, de los Dodgers, se convirtió en el criollo 738 que pisa el Big Show.

Con 19 años y 207 días, Soto es el séptimo quisqueyano que debuta con menor edad en la Gran Carpa y el más joven desde que Adrian Beltré (19,078) lo hiciera hace casi 20 años.

Pero solo un jugador de posición duartiano de los que llegaron antes de los 20 requirió menos partidos de ligas menores para aterrizar en la MLB que los 122 de Soto: Alex Rodríguez, que solo tenía 17 juegos de ligas menores (AA) en su espalda cuando los Marineros lo llamaron el ocho de julio de 1994 con 18 años y 346 días.

El romanense César Puello, que debutó en 2017 el que fuera su décimo año en los circuitos menores, requirió de 743 partidos allí antes de ser llamado.

Soto es el primer dominicano que llega al Gran Circo de los 404 que se ficharon ese año, 490 en 2016 y 486 en 2017. Solo 27 de todos los más de 3,000 reclutados entre el sorteo de los Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá y los del mercado internacional han pisado el máximo nivel.

Soto, que fue ponchado en su primer turno, es el jugador más joven en aparecer en un juego en las mayores desde el curazoleño Jurickson Profar, en 2012 para los Rangers, con 19 años y 195 días.

El gran despegue

Los Nacionales se “retiraron” del mercado internacional en 2008 cuando estalló un escándalo alrededor de un prospecto banilejo al que habían pagado US$1,4 millones bajo el nombre de Esmailyn González, pero que en realidad se llamaba Carlos Álvarez, en lugar de 16 años tenía 19 y gran parte del bono fue a parar a otras manos, lo que costó el cargo hasta el gerente general Jim Bowden.

Pero cuando en 2014 se toparon con el talento de Juan José Pacheco Soto, un jardinero de esquinas zurdo nacido en Santo Domingo de 6’1 y 170 libras Johnny DiPuglia, director de reclutamiento, entendió que se podía volver a llenar grandes talonarios por este jugador salido de la Dominican Prospect League (DPL).

En la escala 20-80 de los reportes de escuchas sacaba una puntuación general de 50, que incluye 60 en su brazo y 50 para poder, bateo y defensa.

Con Soto el club retomó la confianza, además de la gran cosecha de firmas baratas como Wilmer Difó (US$20,000), Reynaldo López (US$17,000), Pedro Severino (US$55,000) y Víctor Robles (US$225,000). De ahí que en 2015 el conjunto de la capital estadounidense autorizó un bono de US$1,5 millones por Soto, el mismo año que Guerrero recibió US$3,9 MM, Jhailyn Ortiz (US$4,2 MM), Wander Javier (US$4 MM), Starling Heredia (US$2,6 MM) y Fernando Tatis III (US$850,000).

Soto debutó en ligas menores en 2016 y jugó categorías Novatos y Clase A débil con una línea ofensiva de promedio, OBP y slugging de .368/.420/.553, 5 jonrones y 32 vueltas remolcadas.

En 2016 la salud le falló, con lesiones en un tobillo, una mano y en la corva que le ocasionó tres bajas y limitó su temporada a 32 partidos entre Novatos y Clase A donde bateó .351 (111-39) con 11 extrabases.

El Licey lo tomó en el sorteo pasado como la quinta selección, pero no jugó.

Este 2018, ya ranqueado como el prospecto número 15 en MLB Pipeline, no defraudó. En tres categorías que jugó (A, A Avanzada y AA) tenía una línea ofensiva de .362/.462/.757 con 14 cuadrangulares, 52 remolcadas y una transferencia más (29) que el número de ponches (28).

Su madurez precoz no ha sido solo en el home plate. Cuando es requerido para entrevista por los reporteros angloparlantes no apela al traductor, lo hace en inglés como una forma de mejorar la fluidez y adaptarse más al ambiente que encontrarás desde ayer en la Gran Carpa.

NPerez@diariolibre.com

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