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Managers quieren sólo limitar videojuegos en clubhouse

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Managers quieren sólo limitar videojuegos en clubhouse
En esta foto del 28 de febrero de 2019, el puertorriqueño Charlie Montoyo, manager de los Azulejos de Toronto, observa un juego de pretemporada ante los filis de Filadelfia en Dunedin, Florida.

Charlie Montoyo pensaba que adoptaría una postura de tolerancia cero hacia los videojuegos en el clubhouse, durante su primer año como manager de los Azulejos de Toronto.

Pero antes de que el piloto boricua prohibiera Fortnite, los peloteros se adelantaron y decidieron que se moderarían con este entretenimiento.

“Vamos a jugar menos, lo sé”, dijo Montoyo. “En realidad no es una regla mía. Es una regla del clubhouse”.

La conveniencia de que haya videojuegos en los camerinos se convirtió en tema de debate el lunes, cuando ESPN informó que el veterano Carlos Santana destruyó a batazos un televisor en el clubhouse de los Filis de Filadelfia en septiembre, para impedir que sus compañeros siguieran jugando Fortnite.

Santana, primera base dominicano que está ahora con los Indios de Cleveland, dijo a la cadena televisiva que los jugadores de Filadelfia iban a hurtadillas hacia los casilleros para jugar ante el televisor durante los encuentros.

El manager Gabe Kapler reconoció que se jugaba Fortnite, pero tanto él como el pitcher Jake Arrieta han negado que ello hubiera ocurrido durante los juegos de béisbol.

“Nuestros peloteros niegan eso, y yo confío en ellos”, manifestó Kapler.

Los videojuegos han sido un pasatiempo predilecto de los peloteros durante años. Pero Fortnite elevó su popularidad a nuevos niveles el año pasado.

Los Astros de Houston conectaron consolas de videojuegos a muchos de los 10 televisores que había en su clubhouse de pretemporada para sostener animados duelos por equipos. A menudo, los Medias Rojas de Boston jugaron en sus habitaciones de hotel después de los encuentros.

Esos clubes incluso celebraron sus proezas dentro del terreno con danzas popularizadas por este videojuego bélico.

Queda claro que el videojuego no afectó el desempeño de los Medias Rojas o de los Astros. Ambos equipos chocaron en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, y Boston terminó conquistando la Serie Mundial.

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Infografía
El jardinero central de los Filis de Filadelfia, Odubel Herrera, a la izquierda, y el gerente de los Filis de Filadelfia, Gabe Kapler, a la derecha, hablan en el dugout en la cuarta entrada durante un partido de béisbol de entrenamiento de primavera contra los Cardenales de San Luis el lunes 18 de marzo de 2019, en Júpiter. Florida. (AP/BRYNN ANDERSON)

Los pilotos de las mayores no consideran que Fortnite represente necesariamente un problema. De hecho, a muchos les agrada la idea de que los peloteros fortalezcan sus vínculos divirtiéndose, mientras sus personajes en los videojuegos beben un líquido que les permite sanar de sus heridas o lanzan una bomba que pone a sus enemigos a bailar durante varios segundos.

Pero evidentemente, los managers tampoco quieren que los peloteros se distraigan a la hora de los encuentros o las prácticas pensando en Tilted Towers, la mítica ciudad donde se desarrolla parte del videojuego.

Montoyo pasó varios años como piloto en las ligas menores y se desempeñó recientemente como coach de banca en Tampa Bay. Preveía realizar cambios en Toronto durante este receso entre temporadas, luego de asumir el cargo.

Los Azulejos tenían la reputación de un equipo que toleraba los videojuegos en el clubhouse el año pasado, cuando tuvieron una foja de 73-89.

Pero cuando Montoyo se reunió con un grupo de jugadores para fijar las reglas, descubrió que los peloteros planificaban ya desconectar las consolas PlayStation en el parque.

La idea colectiva apuntaba a fijar una hora en que se apagarían todas las consolas en el clubhouse, algo que agradó a Montoyo. No se define todavía esa hora, pero lo más probable es que se prohíban los videojuegos desde que falten 60 minutos para el primer lanzamiento hasta que el duelo concluya.

Y mientras los peloteros realicen su trabajo, podrán divertirse con los videojuegos en cualquier otro momento.

Chris Woodward, quien está en su primer año como piloto de los Rangers de Texas, advirtió desde el comienzo que limitaría los videojuegos. Colaboró con el venezolano Elvis Andrus, campocorto veterano, para establecer reglas sobre consolas y teléfonos.

Los peloteros conservan cierta capacidad de usar videojuegos en el parque, pero el mensaje es claro.

“Pienso que no hace falta decir que nadie debería estar con un videojuego durante un encuentro de béisbol de las Grandes Ligas”, recalcó Woodward.

El manager ha pedido a los jugadores que sean juiciosos a la hora de emplear los videojuegos fuera del parque.

“No voy a imponer reglas que les prohíban jugar de noche. Pero si van a quedarse jugando hasta las 6 o 7 de la mañana, su desempeño va a ser afectado en el diamante, y si yo lo descubro, tendremos una conversación”, advirtió.

Kapler ha adoptado una postura similar. Ha trabajado con los peloteros para mejorar sus relaciones mediante los videojuegos durante la temporada, pero se niega a revelar los detalles.

El manager no quiere imponer una prohibición a los peloteros, sino que éstos se responsabilicen por sus propias prácticas.

“No creo que haya una forma correcta o incorrecta de prepararse para este deporte”, indicó. “Manny Ramírez era muy criticado en Boston por dormirse en la cama de masajes a muy poco tiempo de que comenzara el juego. Estaba como loco, ¿cierto? Pero era realmente inteligente, sabía cómo darle descanso a su cuerpo y se preparaba para el primer lanzamiento”.

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