Edmón, adiós gran amigo

“Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas”.
Bob Dylan
Jesús compara la muerte con un sueño, y para mí, que traté a Edmón Elías Yunés como un amigo, como un hermano, su muerte parece un sueño. Y es que la muerte no nos roba los seres queridos, al contrario, nos los guarda, y nos los inmortaliza en el recuerdo.
Edmón fue un seguidor del béisbol, aguilucho de corazón, promotor de boxeo y fino criador de gallos. Y ni hablar de su protección a los artistas.
Me hará falta su llamada un viernes en la noche o un sábado: “Bienve, ¿qué haces?. O cuando llegaba al Coliseo Alberto Bonetti Burgos, y nos decía “hay que mandar a buscar unos chicharroncitos”.
Edmónd fue un ser especial, y como dijo Jorge Luis Borges: “La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”, porque nunca será fácil decir el último adiós a un gran amigo.
Hubo jugadores en Grandes Ligas que fueron hechos de un modelo que está descontinuado.
Un ejemplo es el último bateador de .400, Ted Williams en 1941, pero lo que poco se sabe es que han sido 40 los bateadores que terminaron por arriba de ese promedio en la historia de las Grandes Ligas, 27 en el siglo XIX, pero 11 de ellos fueron en 1887, donde las bases por bolas contaban como hits, inflando el promedio, pero tenían que ser en cinco pitcheos fuera de la zona de strike, que iba de los hombros a las rodillas. El líder ese año, 1887, fue James Edward “Tip” O’Neill, nacido en Woodstock, Ontario, Canadá y jardinero de los Cafés de San Luis en la Asociación Americana con .492, pero también aquí hay controversia, pues ese promedio se lo da The Sporting News en su libro Complete Baseball Record, pero la Enciclopedia Macmillan, lo tiene con .435.
Bill White, que jugó un solo juego con los Grays de Providence en 1879, y que nació en Georgia, era mulato, pues su papá fue blanco y su mamá negra. Jugó de primera base, pero se desconoce si era zurdo o derecho y cuanto medía. Lo que se hizo en ese siglo no se reconoce como récord actual, así que el .424 de Rogers Hornsby que lo alcanzó con los Cardenales de San Luis en 1924, era lo máximo en promedio, pero investigando se encontraron con que a Napoleón Lajoie de los Atléticos de Filadelfia en la primera temporada de la Liga Americana en 1901, inicialmente su promedio fue de .422, pero encontraron hits que no fueron tomados en cuenta y ahora es .426.
Hack Wilson de los Cubs, que por años y años se decía que su marca era de 190 empujadas en 1930, pero encontraron otra más y ahora su marca es de 191.
Y si seguimos hurgando, perdón como dice José Jáquez, “Carretereando” encontraremos muchas marfiladas en los box-scores.
Twitter: @bienvenidorv
Bienvenido Rojas
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