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Se puede ganar un juego sin un pitcheo

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Se puede ganar un juego sin un pitcheo

George Lauzerique

El control de los pitcheos es uno de los procesos del béisbol moderno que se lleva al pie de la letra. Hoy las medidas de chequo de los pitchers radican en “seis sólidas” entradas para determinar una salida de calidad o la de realizar 100 pitcheos como máximo. El martes Patrick Corbin, Arizona, vs San Francisco en 9 IP, 100 pitcheos, 68 strikes.

Desde finales de la década de 1960, se comenzó a llevar el conteo de los pitchers por salida. Dave Duncan, coach de pitcheo de los Cardenales, reveló que en 1967, cuando se desempeñaba como receptor de los Atléticos de Oakland, la regla era de 100 pitcheos por apertura. Lo interesante, es que esa orden no emanó ni del mánager, ni del coach de pitcheo, sino del propietario del club Charles O. Finley, asesorado por el director de Ligas Menores, Eddie Robinson.

Para robustecer su planteamiento, Duncan recuerda que en un juego en AA el lanzador George Lauzerique lanzaba un partido sin hits a la altura del séptimo episodio, pero como había llegado a 97 pitcheos fue enviado a las duchas. Dos meses después Lauzerique lanzó un juego perfecto con 85 pitcheos.

Esas restricciones en el pitcheo han provocado que los juegos completos descansen en paz. Por eso estuve de acuerdo cuando Don Mattingly relevó a Jarlin García luego de seis innings perfectos y en desacuerdo con Jeff Bannister en permitir que Bartolo Colón abriera el octavo, luego de siete entradas perfectas.

Pero como toda regla tiene su excepción, ¿puede un pitcher ser el ganador de un juego sin tener que tirar una pelota para home?.

Dígale que sí, y veamos cómo se puede materializar. Llaman a un relevista a lanzar con la pizarra empatada, y hombres en bases, y sorprendan a tantos corredores como outs hagan falta para los tres, antes de que él tire una para home. En la siguiente entrada un bateador o un corredor entra por el pitcher, y su equipo toma la delantera. Si es el cierre del noveno inning, es el pitcher ganador. Si no es el noveno, y se mantiene la ventaja hasta el final, también será el de la victoria ese mismo. Consultar la Regla 10.19 (d).

Un día como hoy: 1986, José Rijo, de los Atléticos de Oakland, fijó un récord para el club con 16 ponches en ocho entradas, mientras vencía a los Marineros de Seattle, 7x2. Los dos equipos se combinaron para recetar 30 ponches en total, y establecieron el récord moderno de Grandes Ligas para un juego de nueve episodios.

1999, por primera vez en su carrera de 19 temporadas en la Liga Americana, Cal Ripken hijo, de los Orioles de Baltimore, quedó fuera de la alineación debido a molestias en su espalda y dejó en 2,632 el extraordinario récord.

Twitter: @bienvenidorv

brojas@diariolibre.com

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