Tony La Russa se pasó de contento
Alguien debe alinearlo con el slogan de MLB: “Dejen que los muchachos jueguen”
El dominicano Yermín Mercedes tuvo que esperar 10 años para cumplir su sueño de llegar a las Grandes Ligas, luego de que los Nacionales de Washington lo firmaran originalmente el 3 de marzo del 2011, el mismo equipo que posteriormente lo despidió el 24 de agosto del 2013.
Tuvo que esperar un año, hasta el 3 de septiembre del 2014, para que los Orioles de Baltimore le dieran una segunda oportunidad.
Después de tres años dando vueltas en los circuitos minoritarios de los Orioles, los Medias Blancas lo eligieron en el draft de Regla 5 en el 2017 y no fue sino hasta el 2021 cuando tomó su primer turno al bate en Grandes Ligas.
Mercedes llegó al partido del miércoles como líder de bateo de Grandes Ligas, con un robusto .358, seis jonrones y 25 remolcadas.
El lunes, los Mellizos de Minnesota y su dirigente Rocco Baldelli decidieron poner a lanzar a Williams Astudillo, un infielder sobrepeso, que tirando a 49 millas por hora y en un lanzamiento en 3-0 de un partido que estaba 14-5, Mercedes sacó la bola del parque a 430 pies de distancia.
En vez de ser felicitado o celebrado por hacer su trabajo de batear, su dirigente Tony La Russa se ha dedicado a acabar con Mercedes e incluso celebró que el martes le pegaran un pelotazo.
Bajo el alegato de las famosas “reglas no escritas del béisbol”, La Russa muestra un desfase total de lo que está pasando en el béisbol de hoy en día.
De hecho, va totalmente en contra de lo que promueve la MLB y su comisionado Rob Manfred cuando dicen en sus slogans “Let the Kids Play” (dejen que los muchachos jueguen), refiriéndose precisamente al anacronismo en que algunos quieren mantener al deporte.
Públicamente varios compañeros de Mercedes se han ido en contra del dirigente (Tim Anderson y Lance Lynn) como también lo hizo el pintoresco Trevor Bauer, diciendo que para él no era nada malo que le conectaran un jonrón en conteo de 3-0 sin importar cómo esté la pizarra.
Jugar duro y con pasión nunca puede ser motivo para que un pelotero sea cuestionado, criticado o mucho menos denostado como lo ha hecho La Russa con Mercedes.
Por más inmortal de Cooperstown que sea La Russa, se equivocó... y en grande. Y de paso le dio la razón a todos los que cuestionaron su contratación durante el invierno.

Dionisio Soldevila