La exaltación de David Ortiz
El Big Papi será el cuarto dominicano con placa en Cooperstown

Hasta la fecha, tres dominicanos tienen una placa en el Salón de la Fama de Cooperstown, comenzando con Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero (2018), pero desde el domingo serán cuatro con la exaltación del Big Papi, David Ortiz.
La historia de David es bastante interesante y la mayoría la conoce: firmado por los Marineros de Seattle, cambiado a los Mellizos de Minnesota, equipo que lo despidió luego de la temporada del 2002.
Por una recomendación que Martínez le hizo a la gerencia de los Medias Rojas, lo firman para el 2003 y tuvo que compartir posición y luchar por un puesto con Jeremy Giambi.
Y el resto es historia: Ortiz dominó de una forma tan impresionante que a pesar de ser bateador designado, no tuvo ningún problema para su elección en la primera aparición en la boleta del Salón de la Fama.
Ortiz fue clave en tres campeonatos de los Medias Rojas en un período de 10 años, el mismo equipo que pasó 84 “sin ver a linda” entre 1916 y el 2004 y no solo fue clave sino que fue líder, incluyendo un premio al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2013.
Y ni hablar de sus impresionantes números totales en una carrera de 20 años en la Gran Carpa.
Pegó 541 cuadrangulares y 632 dobles, con un OPS de por vida de .931, además de un OPS+ de 141, con sus 2,472 imparables.
Si a eso le suma que Ortiz en su carrera completa fue uno de los peloteros más accesibles para la prensa y una de las personas más queridas en la historia de su franquicia y del país, entonces no hay que preguntarse mucho por qué hay tantas personas contentas con el reconocimiento que se le hará el domingo.
Y si tomamos en consideración la época y el nivel de estrellas que le acompañaron en su generación como Martínez, Guerrero, Manny Ramírez, Alex Rodríguez, Adrián Beltré, en otros, la valoración universal del Big Papi dice mucho.
La República Dominicana completa estará de fiesta el domingo con el ingreso de Ortiz al Salón de la Fama de Cooperstown, un representante destacado del país en las Grandes Ligas y que fuera del terreno ha hecho de todo y un poco más a través de su fundación caritativa, que ha operado más de mil menores de edad con problemas cardíacos en más de una década.