Presidente, no promulgue esa ley
Ley del Deporte fue aprobada en dos lecturas en la Cámara y ahora vuelve al Senado
Esta es la tercera columna que escribo sobre el tema de la Ley del Deporte, porque creo que la República Dominicana no se puede dar el lujo de tener un instrumento legal que no pueda ejecutar o, peor aun, que este tenga tantos vacíos que provoque más daño que bien a un tema tan importante como este.
La República Dominicana es una potencia deportiva, eso lo hemos demostrado con la actuación en las últimas tres ediciones de los Juegos Olímpicos, y mucho más en los Juegos de Tokio, donde conquistamos cinco preseas, incluyendo tres de plata.
Pero nuestros atletas no cuentan con las protecciones suficientes, por ley, que les permita seguir creciendo en ese sentido.
La República Dominicana es el principal productor de peloteros fuera de los Estados Unidos, liderando las Grandes Ligas como la minoría más destacada tanto en número como en resultados en el terreno de juego, pero las firmas de prospectos en el país no tienen regulación y el proyecto de ley aprobado tampoco contempla los principales temas de este deporte.
La República Dominicana cuenta con empresarios que invierten grandes sumas de dinero, superando los RD$100 millones anuales, para ayudar al desarrollo atlético y personal de decenas de atletas, pero no existe un acápite en ese proyecto que toque el tema del mecenazgo.
La República Dominicana necesita de nuevas edificaciones deportivas, que no tendrían que ser construidas por el Estado si existieran incentivos para impulsar la construcción, pero ese proyecto de ley ni siquiera menciona esa posibilidad.
No hace ningún sentido que impulsemos una ley que no resolverá ni mucho menos ayudará a mejorar la situación actual del deporte dominicano.
Si queremos más y mejores Juan Soto, Vladimir Guerrero Jr., Julio Rodríguez y Jeremy Peña, necesitamos otra legislación, no esa.
Si queremos más Marileidy Paulino, Fiordaliza Cofil, más Reinas del Caribe, más Crismery Santana, necesitamos una real ley del deporte, que permita potenciar las inversiones del sector privado en conjunto con las del público.
Señor presidente, Luis Abinader, si el Senado finalmente aprueba ese proyecto, no promulgue esa ley del Deporte, porque esa no será una herramienta para beneficiar el desarrollo deportivo de nuestro país sino que podría resultar una retranca para que sigamos avanzando en materia deportiva.