La inolvidable tarde de domingo en la que fuimos mundialistas
República Dominicana enfrentó a Nigeria en su primer partido mundialista
Estadio Malvinas Argentinas. El sol que adorna la tarde mendocina da un tono verde especial a la cancha. Las gradas van ocupándose de a poco. Nuestros muchachos, salen a hacer los ejercicios de entrenamientos previos. El sueño está a minutos de hacerse realidad. Cuesta encontrar las palabras justas para describir la emoción que convoca el momento para caer en cuenta que todo lo que sucede es verdad, que a las dos pasado meridiano del domingo 21 de mayo de 2023, República Dominicana se estrenaría en uno de los mundiales de fútbol que organiza la FIFA.
En el camino al terreno de juego las caras de concentración de cada uno de los muchachos dejaban escapar también la satisfacción por lo que se estaba a punto de vivir. A la distancia, en la isla y en los rincones del mundo por donde andamos desparramados los dominicanos, las reacciones se hacían sentir a través de grupos de WhatsApp y en las redes sociales. Al momento del himno, por fallos técnicos la grabación paró y los jugadores continuaron cantando la obra de Reyes y Prud´Homme a capela, a todo pulmón, con el corazón batiendo fuerte.
El rival era Nigeria, país africano de arraigada tradición futbolística que ha dado generaciones importantes de jugadores a lo largo de los años. Dominaron el partido desde el arranque demostrando buen manejo de la pelota e imponiendo superioridad física. Si embargo, su condición de favorito no diezmó en nuestra selección las ganas de competirles de igual a igual, atreviéndose a desequilibrar por medio de contragolpes y defendiéndose bien con Keffler Martes, como referente, y buenas intervenciones del portero Xavier Valdez
A Edison Azcona, la brújula que orienta al fútbol que generamos, el jugador distinto, el de los goles importantes, el destino le tenía guardado un momento especial. Al minuto veintidós del juego el VAR confirmó que hubo penal; el árbitro japonés Araki lo sanciona, Edison coloca el balón en el punto blanco del área que el reglamento indica, respira, golpea el balón y lo manda a las redes convirtiendo un gol con el que nos abrazamos todos. La narración de Jorge Rolando Bauger en la transmisión le dio aún más poesía a un momento que será recordado para siempre.
Al final, el resultado desde nuestra acera nos permite seguir apreciando que esta selección ha llegado por méritos propios, que es capaz de competir dejando buenas impresiones, colocando, como nos gustando a todos, a la República Dominicana en alto.