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El bate negro del Boni visto por el ojo biónico de García Sued

El béisbol dominicano tiene muchas historias en el paso del tiempo

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El bate negro del Boni visto por el ojo biónico de García Sued
Mateo De la Rosa (FUENTE EXTERNA)
"Moriré libre porque he vivido solo. Moriré solo porque he vivido libre"Erasmo de Rotterdam

El beísbol dominicano recibe una nueva historia para su bibliografía de hechos increíbles, de esos que entran en el capítulo de “Aunque Usted no lo Crea”, y es la del bate negro del capitán del Licey Emilio Bonifacio visto 8 meses después por el ojo biónico de Víctor García Sued, presidente de las Águilas Cibaeñas.

Gracias a la mediación del licenciado Vitelio Mejía, presidente de Lidom, García Sued pidió disculpas y como diría la doctora Polo: Caso Cerrado.

Sin embargo, el bate negro del Boni, la pámpara del Licey  toma una dimensión histórica y desde 1951 a la fecha, no son uno, ni diez los momentos inolvidables que los fanáticos y periodistas guardan en cada uno de sus cerebros, como películas mágicas que no hay liquid paper que los pueda borrar.

Y es que esos capítulos de telenovelas comenzaron en la pelota de verano, aquel béisbol del Gimnasio Escolar y el estadio La Primavera, con la historia de Esperanza Pereyra, la primera reina del Licey.

Los rivales Licey y Escogido celebraban una serie de 21 partidos para decidir el Campeón de la Ciudad. El domingo 14 de mayo de 1922 se enfrentaban para ponerle punto final al campeonato y en la colina de los sustos estaban Fellito Guerra, Licey y Pedro Alejandro Sanz, Escogido.

Todo estaba preparado para celebrar en el terreno el triunfo del Licey que dominaba la pizarra, cuando llegando al estadio Su Majestad Esperanza I, se produjo un dramático cuadrangular de Mateo de la Rosa que viró el marcador y la reina al ver aquel desplome de su equipo comenzó a llorar. Cuando Mateo vio ese gesto de tristeza proclamó: "El que gana es el que goza".

Y qué fanático de la vieja guardia no tiene archivado en el baúl de los recuerdos el cuadrangular de Alonzo Perry en 1951 al lanzador Enrique Reynoso para darle la corona al Licey. Los fanáticos jóvenes dirán que fue más dramático el cuadrangular de Andy –Tulile- Abad en el estadio Cibao a Luis Vizcaíno para darle al bengalés la corona 2001-02.

Y quién podrá olvidar en 1975-76 los tres ponches de Kent Tekulve en el noveno en la serie final de Águilas y Licey.

Los fanáticos rojos nunca olvidarán el campeonato de 1980-81 cuando Jerry Augustine le dio la transferencia con las bases llenas a Harry Spilman para enterrar a las Aguilas.

Los fanáticos del Escogido es difícil que puedan olvidar la serie final de 1959-60 entre las Estrellas y el Escogido, cuando el 31 de enero los melenudos se proclamaron campeones a golpes de jonrones de Ricardo Joseph (dos), Stan Williams, Curt Roberts, Norman Sherry y Felipe Alou.

Y el corrido de Tony Oliva anotando desde primera el 28 de enero de 1964 en la serie final frente a las Águilas. Pedro González dio un batazo que se internó en el left y Oliva que había salido en corrido y bateo nunca se detuvo, cuando pasó por tercera Willie Stargell le tiró a Roberto Peña, pero ya el cubano estaba anotando la carrera de la victoria.

En la pelota dominicana hay decenas de historias, nuestro béisbol es como la Ciudad Desnuda, las que hemos presentado, son solo algunas de ellas, con la penúltima “El bate negro del Boni”. 

Un día como hoy
  • 1967: Julián Javier, San Luis, le conecta un doble a Jim Lonborg, Boston, en el octavo para romperle el juego sin hit en la Serie Mundial. Boston ganó 5-0.


  • 1991: Yorkis Pérez, Cubs, obtiene su primera victoria en las Grandes Ligas frente a San Luis.

    1991: Josías Manzanillo, Boston, en su debut en las Grandes Ligas frente a Milwaukee, sale sin decisión.

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Cronista deportivo. Amante del béisbol y sus vivencias.