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Offerman no debió ser despedido

Los "golpes de efecto" no resuelven el problema interno

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Offerman no debió ser despedido
El despido de José Offerman como golpe de efecto no resuelve problema del Licey

En medio de una racha de tres derrotas y habiendo perdido siete de sus últimos 10 partidos, los Tigres del Licey despidieron a José Offerman como dirigente del equipo, menos de un año después de haberlos guiado a la corona nacional y de la Serie del Caribe.

La explicación del gerente general Audo Vicente básicamente fue que el equipo se encontraba en un mal momento, que era necesario un golpe de efecto y que Offerman entendía lo que había sucedido, dejando la puerta abierta, Vicente, para que el capataz se una a la oficina de operaciones de béisbol en algún momento futuro.

Pero la realidad, desde mi punto de vista, es que Offerman no debió haber sido despedido por el Licey, que nombró de manera interina al joven Gilbert Gómez.

El Licey llegó a la jornada de ayer con un diferencial de carreras de -28, el segundo peor de la liga, y un récord negativo de 21-23.

Pero los Tigres también han mostrado problemas con su bateo colectivo. Su .237 como equipo solo supera a las Estrellas Orientales (.231) y sus 85 extrabases representan la menor cantidad del torneo.

Igualmente, sus 189 carreras los mantienen con un promedio por juego de 4.1 anotadas, el peor de todo el circuito.

¿Eso era culpa de Offerman?

Y si hablamos de pitcheo, las cosas no son muy diferentes tampoco.

La efectividad grupal del Licey, de 4.38, solo es mejor que la de las Águilas ( 4.52) y su WHIP (cantidad de hombres que se embasan por entrada) es de 1.50, el peor.

No sé qué tanto pueda hacer Gilbert Gómez para cambiar esa realidad, pero de lo que sí estoy seguro es que no se puede culpar a Offerman por esa variante.

El Licey ha tenido muchos problemas de lesiones y el lanzador que ha sido clave para ellos en el último lustro no ha sido él mismo en el 2023-24.

Y aunque la soga siempre parte por lo más fino, en  esta realidad, entiendo, no tocaba que Offerman pagara esos platos rotos.

Igualmente, entregar un equipo de tanta presión, en una situación inadecuada,  para un hombre que nunca antes había dirigido en esta pelota, no es hacerle un bien, es quizás complicarle la existencia.

Con cuatro partidos por jugar en el campeonato, habrá que ver qué pasará con los azules en su guerra por la clasificación. 

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Dionisio Soldevila Brea es licenciado en Derecho y periodista desde 1998. Ganador de un Premio Nacional de la Juventud (2006) y varios premios de la ACD. Es Jefe de Redacción y Editor Deportivo de Diario Libre desde enero del 2021.