La Roma de Mourinho y el Sevilla exponen su perfección europea
Un registro inmaculado en el fútbol europeo deberá caer cuando el Sevilla enfrente a la Roma de José Mourinho
Un registro inmaculado en el fútbol europeo deberá caer cuando el Sevilla enfrente a la Roma de José Mourinho en la final de la Liga Europa el miércoles.
Este es el torneo mimado del Sevilla. El cuadro andaluz ha disputado seis finales de la Liga Europa y ganó las seis desde la primera en 2006.
Mourinho, en tanto, ha salido por la puerta del triunfo en las cinco finales de las tres grandes copas europeas en las que ha estado en el banquillo, remontándose a la consagración del Porto en en la Copa UEFA de 2003.
De hecho, Mourinho suma más consagraciones europeas que el total de partidos que José Luis Mendilibar, el técnico del Sevilla, ha dirigido en las mismas competiciones. El entrenador vasco de 62 años vive el momento más destacado de su carrera, apenas dos meses de tomar las riendas de un Sevilla que estaba a la deriva.
Pero sólo un récord podrá sobrevivir tras el choque en la Puskas Arena en Budapest, donde el trofeo de la Liga Europa representa una inyección económica.
Tanto la Roma como el Sevilla no podrán finalizar entre los cuatros primeros de sus ligas domésticas, con lo que se hubieran clasificado a la próxima Liga de Campeones.
Por lo tanto, la única vía para disputar el máximo torneo continental — y así embolsarse millones de euros en premios repartidos por la UEFA — es llevándose el boleto para entrar a la fase de grupos que se otorga al campeón de la Liga Europa.
La importancia de esta Liga Europa para ambos clubes contrasta con un comentario formulado por Mourinho hace 10 años.
"No quiero ganar la Liga Europa. Si ganamos esta competición sería una gran decepción. No me apetece acabar ahí. Siento que la Liga Europa no es una competición para mis jugadores", disparó Mourinho tras volver a ser contratado por Chelsea.
Esas declaraciones fueron interpretadas como una mofa a su predecesor Rafa Benítez, quien semanas antes — como el técnico interino de Chelsea — conquistó la Liga Europa en 2013.
Mourinho y Benítez se encuentran dentro del cuarteto de técnicos que han sacado campeones a dos clubes distintos en un torneo con 52 años de historia.
El estratega de la Roma podría hacer más historia al convertirse en el primer técnico que gana la Liga Europa con tres clubes diferentes, sumando el trofeo a los que obtuvo con el Porto y el Manchester United (2017). Y este caería un año después desde que su más reciente club en una ilustre carrera se consagró campeón en la primera edición de la Conference League, lo cual permitió a Mourinho convertirse en el primer técnico con títulos en cada de las tres competiciones de clubes.
"Jugamos 14 partidos para llegar aquí y lo merecemos", dijo Mourinho. "Nos hemos preparado para llegar en buenas condiciones y luchar por levantar este trofeo".
Mendilibar tiene un perfil más modesto, pero su corta gestión en el Sevilla ha sido admirable.
Tras sustituir al argentino Jorge Sampaoli en marzo, Mendilibar se convirtió en el tercer técnico del Sevilla esta temporada. Encontró al equipo apenas dos puntos por encima de la zona de descenso de la Liga española.
Su Sevilla apenas ha perdido dos de 11 partidos en el torneo doméstico y se encuentra un punto detrás de la séptima plaza rumbo a la última fecha este fin de semana. También está invicto en la Liga Europa y viene de eliminar sucesivamente al Man United y la Juventus.
"La historia no gana partidos y los piropos tampoco", dijo Mendilibar en la víspera de la final.
"El club en esta competición, sobre todo en los últimos 20 años, ha sido el mejor equipo", añadió. "Es verdad que aun estando mal, cuando llegas aquí, la gente no se conforma sólo con hacer buenos partidos de liga y salvarse".
La Roma llegó a Budapest tras enlazar siete partidos seguidos de la Serie A sin ganar. Avanzó a la final tras sacar un empate 0-0 en el partido de vuelta en la cancha del Bayer Leverkusen, uno en el que remató sólo una vez al arco contra 23 de los alemanes.
Los que admiran de Mourinho no titubearon en destacarlo como otra clásica demostración del pragmatismo y orden defensivo que caracterizan a sus equipos, que cumplen a rajatabla las instrucciones para salir triunfantes.