Beatriz Pirón: "Ser madre es dejar de ser tú, para ser ellos”
La pesista es una madre multi-tareas y "gracias a Dios todo el sacrificio que yo he hecho por mis hijos ha valido la pena"

La combinación de ser madre-atleta es una tarea que se complica en ocasiones, en especial cuando muchas de ellas son más que eso.
La laureada atleta Beatriz Pirón conoce de eso. “La combinación de ser madre, atleta, estudiante, esposa, todo al mismo tiempo es un poquito dinámico, difícil”, dice la pesista que en estos momentos se prepara con la finalidad de asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Y se torna de esa manera, en cuanto a lo difícil, “porque a veces tienes que separarte de los niños para incorporarte a lo que es los entrenamientos”. Y no es lo único, al momento de ser entrevistada con motivo del Día de las Madres, Pirón se encontraba tomando clases virtuales. Ella está en su séptimo cuatrimestre de su carrera en contabilidad.
Todas esas funciones, reconoce la pesista de la división de los 49 kilogramos “va a acompañada de una persona que te ayude”. En esencia que compartan los objetivos en la medida de las posibilidades.
La pesista es madre de Yamirka Elizabeth, Berlyn y Juan Manuel.

Con certeza, Pirón reconoce que con eso de ser madre-atleta “se sufre bastante, pero así como se sufre hay muchos momentos felices, ya que gracias a Dios todo el sacrificio que yo he hecho por mis hijos ha valido la pena”.
Ella concluye con esta frase: “Y se siente muy bien ser madre. Ser madre es dejar de ser tú, para ser ellos”.
¿Madre superpoderosa?
Pirón batalla por ponerse a tono con su preparación de cara a participar en los Jugos de Tokio 2020.
Ella tiene alrededor de dos meses que dijo a luz a Juan Manuel y pasa por un proceso de recuperación por la cesárea. Pero tiene el visto bueno de los médicos para entrenarse.
“Después de haber dado a luz se necesitan seis meses para estar en un proceso competitivo”, advierte. “En realidad no hay mucho tiempo”, si se toma en cuenta que tiene escasas semanas entrenándose y los Juegos serán del 23 de julio al 8 de agosto de 2021. Y para asistir allí contó con el favor de la Federación Internacional de su deporte que originalmente tenía ocho eventos marcados para cualquier atleta presentarse en Tokio, pero “de ocho que estaban exigiendo y solo exigen cuatro y yo había ido a seis”.
La proeza de ella no es tan simple. “Me preocupa adelantarme”, reconoce. “Hay incertidumbre, hay miedo, hay incógnita”.
Es mucho lo que sacrifica puesto que Juan Manuel “es el que más necesita de mí, porque tiene dos meses, es un recién nacido”.
En esa fase suya ahora mismo lo que se necesita es “ánimo y que oren por mí. Dios es que tiene la última palabra, tengo cesareada 60 días”.
Para tomar más en cuenta el camino de su hazaña una mujer con cesárea necesita “de tres a cuatro meses” y ella está en sus afanes competitivos hace unas semanas.