¿Cómo Monte Plata se convirtió en la provincia que más medallas olímpicas produce para RD?

El mapa dominicano de la pobreza coloca a Monte Plata en sexto lugar entre las 33 demarcaciones de la geografía nacional, con el 70% de sus hogares en esa categoría. Pero cuando se trata de producir metales olímpicos la llamada provincia “Esmeralda” no solo no es segunda de nadie en la isla, es que desde Pekín 2008, cuando se estrenó en el medallero, ha cosechado más galardones en el trayecto que países como Uruguay, Chile y Perú... o que toda Centroamérica en este siglo.

Los taekwondoistas Gabriel Mercedes (2008) y Luisito Pié (2016), el velocista Luguelín Santos (2012 y parte de la cuarteta en 2020) y el pesista Zacarías Bonnat (2020) nacieron, comenzaron a hacer deportes y se desarrollaron en la provincia creada en 1983 como desprendimiento de la gigantesca San Cristóbal trujillista.

¿Cómo lo hacen, es producto del azar o hay un talento especial allí? Es el producto de una combinación de factores, de un trabajo que la dirigencia local comenzó en 1971, que se actualizó en 2006 con la infraestructura y experiencia que dejaron los Juegos Nacionales. Alimentado en los recursos humanos con la idea de que el deporte puede ser una puerta de escape a la pobreza y apoyado por una red de técnicos que han sacrificado mejores oportunidades por no renunciar a su tierra.

“El deporte era el único vehículo que teníamos para salir de la pobreza y salir de nuestra patria chica”, dice Mercedes, fijo en la discusión al mejor atleta olímpico nacido en el país.

“Lo que hace a Monte Plata especial es que nosotros luchamos mucho por un sueño de tener unos Juegos Nacionales. Luego los Centros de Iniciación Deportiva (CIDE) han completado la dupla perfecta para que después de 2006 cojamos medallas en 4 juegos”, afirmó el doble campeón Panamericano.

Mercedes hace referencia a un proyecto puesto en marcha en 2006 por el entonces secretario de Deportes, Felipe Payano, donde asisten unos 2,000 niños a recibir formación deportiva en 15 disciplinas, instalado en Bayaguana, por donde pasaron Santos, Pié y Bonnat, nativos de ese municipio.

El CIDE, que en su plan original contemplaba llegar a 18 municipios aunque los que funcionan se cuentan con los dedos de una mano, es una especie de laboratorio, donde se identifica la habilidad que puede tener un niño para entonces encaminarlo por esa área.

El plan

A Isaac Ogando lo señalan como gran responsable de los éxitos de hoy. Ogando hace memoria y se va a 1971 cuando se creó el club 27 de Febrero, por figuras como Juan Hubieres, Orlando Contreras, Rafael Morla, Cristina Sánchez, que comenzaron al fomento del deporte y la cultura como vehículo para integrar a niños y jóvenes, y cita una visita a San Cristóbal en 1981 al diseño de un plan para el siguiente paso.

Entonces llegaron las medallas regionales y continentales del karateca Henry Rodríguez en los 80’s como primer resultado, uno que disparó la autoestima provincial y fortaleció la idea de que se podía trascender en el deporte.

Fue en 1993 cuando se reúnen Fausto Severino (un mercadólogo de dilatada carrera como comercializador de la Lidom), Ogando, Carmen Leyda Mora y el periodista Primitivo Cadete para diseñar el siguiente paso; pedir los Juegos Nacionales, una tarea que tocó a Cadete difundir y a Severino gestionar, para la que aprovechó una visita a Monte Plata de Joaquín Balaguer en plena campaña de 1994 y el entonces presidente la aceptó, si bien ya Mao y La Romana estaban delante.

Seguir un proyecto

“Si los Juegos Nacionales se hacen como deben hacerse y los dirigentes de la provincia lo aprovechan como deben ser aprovechados, los resultados a la larga van a ser estos”, dice Severino, al teléfono con Diario Libre.

“No somos ninguna provincia especial, no somos ni químicos, ni inventores de ningún tipo de ciencia que no sea el de aplicar nuestros conocimientos técnicos de los profesores que tenemos, especialmente Bayaguana, que han aprovechado cada segundo donde la eficiencia ha sido determinante con los recursos disponibles han llegado los resultados”, explica Severino, jefe de gabinete en el Ministerio de Deportes.

Ogando se agenció que la instalación del centro CIDE llevara consigo la asistencia de un grupo de técnicos cubanos, que no solo trabajaron con los niños y jóvenes, sino también en la formación de entrenadores y profesores de educación física.

Esa relación también permitió que estudiantes de Bayaguana estudiarán educación física en Cuba y, en lugar de aceptar ofertas laborales en Santo Domingo, decidieran permanecer en su provincia, impartiendo los conocimientos.

Unos técnicos para los que Ogando pide mejoras salariales como premio a su trabajo. “Hay que estimular y premiar a esos ojos de águilas que identifican el talento y los forman”, dice Ogando, presidente de la Unión Deportiva de Bayaguana.

Nathanael Pérez Neró

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Licenciado en Comunicación Social egresado de la universidad O&M. Ejerce como periodista especializado en deportes desde 2001.