Dominicana queda octava por tercera vez en el Grand Prix
Carlos Sánchez G.
SANTO DOMINGO. Por tercera ocasión en su participación en el Grand Prix, la República Domininicana termina en octavo lugar con marca de 4-5. El sueño de verse al menos en la final (Macau, China), se le esfumó, espantado por situaciones durante y antes del torneo.
Aun así se quedaron en un alto peldaño, tomando en cuenta que entra un exclusivo círculo de 12 naciones, las que deben ganarse su puesto para esta alta competición. Si sirve de consuelo, la nación no es octava lugar en ningún renglón básico de la vida diaria a nivel del mundo. En 2006 y 2010, Dominicana concluyó su trámite tamibén en octavo puesto.
Quedar por delante de Rusia, Tailandia, Turquía y Bélgica es significativo, aun cuando la intención manifiesta era la final. Una victoria ayer las hubiera dejado delante de China, pero Turquía venció el domingo a las quisqueyanas 3-0 (14-25/31-33/23-25), que jugaron un segundo set agotador, el más extenso en su recorrido por este campeonato.
Cerca, pero...
Esta vez estuvieron cerca de alcanzar un sueño anhelado que es pasar a disputar la final del Grand Prix Mundial, un escenario que en deporte de conjunto, a nivel de mayores, sólo ha alcanzado el béisbol.
Falta aun más. El talento y la preparación física están, pero técnicamente la recepción fue un tormento, un renglón que ha marcado a este conjunto en determinadas competiciones. Preocupa más porque también ocurre en las categorías inferiores.
Fuera de lo técnico, existen otros elementos. Nivel mundialista, exige condición mundialista.
En esa dirección se han dado pasos, pero se precisan otros. El equipo carecía de sicólogo, ya lo tiene hace algo más de cinco años; no tenía estadígrafo y navegan con uno; los fogueos tampoco son un tormento.
Cada selección tiene más de un scout y un personal que graba los juegos de sus próximos rivales; RD no tiene. Todos los países de primer nivel, dentro y fuera del Grand Prix, cuentan con un pabellón con ingredientes múltiples.
Área de sauna, de pesas, sala de video.
Además, nadie entra a los entrenamientos. El gimnasio de un equipo de clubes tiene mejor condición que el pabellón y compite incluso con el Palacio Gioriver Arias. Cada jugadora tiene su “locker” (armario). Lo que no existe aquí. El Palacio se usa, de momento, más para baloncesto (aun cuando éste tiene su casa) que para voleibol.
Un factor que preocupa al cuerpo técnico son las “indeseadas” interrupciones, como espetó un técnico, de personas ajenas al voleibol. “Aquí cualquiera entra”, se quedó.
Eso incluye a periodistas, dijo uno que prefirió permanecer en el anonimato, sin dejar de precisar que las visitas de los comunicadores debiera ser programada. De momento se construye un área de pesas, bajo los fondos suplidos por el director de selecciones nacionales, Cristóbal Marte. En medio de mucho disfrute dado por este equipo, quedan aun interrogantes sin respuesta.
Carlos Sánchez G.
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