Justin Gatlin, un atleta tan polémico como incombustible
En 2018, Gatlin pasó la mitad del año fuera de la competición por una lesión en los isquiotibiales
El velocista neoyorquino, que será la figura del relevo 4x100 metros estadounidense en la final del Mundial de relevos el domingo en Yokohama
Para muchos, su trayectoria está demasiado lastrada por sus dos suspensiones por dopaje (entre 2001 y 2002, y luego entre 2006 y 2010).
La edad y los escándalos no han alterado su sed de victorias. A sus 37 años, el campeón mundial de los 100 metros Justin Gatlin no quiere plantearse la retirada y espera estar al menos en la élite hasta los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.
El velocista neoyorquino, que será la figura del relevo 4x100 metros estadounidense en la final del Mundial de relevos el domingo en Yokohama, es un veterano con la ilusión de un debutante.
El palmarés de Gatlin es tan largo como brillante, con un oro olímpico (100 metros en Atenas-2004) y tres oros mundiales (100 m y 200 m en 2005, 100 m en 2017), entre otros éxitos.
“Sé qué edad tengo, pero no siento el peso de los años. Me siento todavía joven, en plena forma y entreno con jóvenes atletas. Tengo experiencia y sé aprovechar las oportunidades”, señalo.
Competencia feroz
Durante gran parte de su carrera tuvo motivos para dejarse vencer por la frustración o las circunstancias adversas.
Para muchos, su trayectoria está demasiado lastrada por sus dos suspensiones por dopaje (entre 2001 y 2002, y luego entre 2006 y 2010).
Gatlin se esforzó por pasar la página de esos dos episodios, pese a que a veces le resulte complicado.
Así fue por ejemplo en el Mundial de Londres-2017, donde se proclamó campeón del mundo de 100 metros y terminó de rodillas en señal de homenaje al jamaicano Usain Bolt, al que acababa de batir y que se retiraba tras esa cita londinense. Mientras hacía su gesto de reconocimiento al mítico ‘Rayo’, el público del estadio Olímpico de la capital británica le abucheaba, en recuerdo a su pasado con el dopaje.
Unos meses más tarde, su entrenador de entonces, Dennis Mitchell, cayó en la trampa de un periodista de incógnito del Daily Telegraph al proponer al reportero recetas médicas falsas para obtener productos dopantes, lo que para muchos evidenciaba las prácticas dudosas alrededor de Gatlin. El corredor estadounidense rompió sus lazos con ese entrenador y lo reemplazó por Brooks Johnson (85 años).
Ese nuevo golpe a su credibilidad no alteró su determinación, como tampoco la feroz competencia que se ha ido formando en la velocidad con la emergencia de dos compatriotas, Christian Coleman (23 años), plata mundial en Londres-2017 y el hombre más rápido de 2018 en los 100 metros (9.79), y de Noah Lyles (21 años).
“No quiero retirarme demasiado pronto”
Para poder durar todavía dos temporadas a un alto nivel, Gatlin ha tenido que modificar sus costumbres.
“El año pasado me tomé tiempo para mí mismo porque desde que tengo 18 años todas mis temporadas han estado cargadas”, explica.
“Sentía que si quería ir a tope en 2019 y 2020 me tenía que concentrar en mí mismo. Porque el plan es estar ahí el año que viene. No quiero retirarme demasiado pronto, ver los Juegos por televisión y decirme que tendría que haber continuado”, cuenta.
Su experiencia le ayuda también a comprender cómo superar sus problemas físicos, inevitablemente más complicados de gestionar con sus 37 años.
“Lo que es importante es actuar para prevenir las lesiones y tomar más tiempo para curarse, para descansar”, afirma.
En 2018, Gatlin pasó la mitad del año fuera de la competición por una lesión en los isquiotibiales.
Supo entonces cuál era el precio que tenía que pagar por el sueño de estar en Tokio-2020.