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Cambio climático
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Activistas climáticos dirigen sus esfuerzos contra el mundo financiero

Los bancos y los gestores de activos están bajo presión para que dejen de invertir en industrias contaminantes

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Activistas climáticos dirigen sus esfuerzos contra el mundo financiero
Los financistas son acusados de contaminar.

“BlackRock: asesina”. “El lavado verde mata”. “Nuestro planeta. Tu crimen”. Éstas fueron las palabras pintadas en las paredes de la oficina de BlackRock en París después de que unos activistas climáticos se atrincheraron dentro del edificio a principios de este mes.

“Fue aterrador y traumático”, dijo un empleado de BlackRock en cuanto a la protesta, la cual fue organizada por Youth for Climate. “Es hasta ahora que nos está afectando”.

Después de años de enfocarse en las compañías de petróleo, gas y minería, los activistas preocupados por el calentamiento global están volcando su atención al mundo de las finanzas. Ellos tienen esperanzas de que la presión pública sobre los bancos, sobre los gestores de activos y sobre las aseguradoras los obligue a reconsiderar sus inversiones en algunas de las industrias más contaminantes y de mayor impacto ecológico.

“Si logras que los bancos cambien sus políticas climáticas, afectas a múltiples sectores a la vez”, explicó Wolfgang Kuhn de ShareAction, un grupo organizador de campañas en pro de la inversión responsable con sede en el Reino Unido.

En EEUU, JPMorgan Chase se ha convertido en un blanco específico. “No hay ningún lugar mejor para comenzar sino en el tope. Y JPMorgan Chase es el mayor financista de la industria de los combustibles fósiles y de las compañías que están expandiendo los combustibles fósiles”, indicó Eli Kasargod-Staub, el director ejecutivo de Majority Action, un grupo, con sede en EEUU, que faculta a los accionistas para exigir responsabilidad social de las corporaciones.

La campaña pública en contra de JPMorgan Chase ha incluido un anuncio de página completa en el Financial Times, un vídeo en YouTube con Jane Fonda y una serie de protestas, incluyendo la ocupación de una sucursal del banco Chase de Washington DC. Majority Action también les ha pedido a los inversionistas que se opongan a la reelección del director de JPMorgan, Lee Raymond, un exjefe de ExxonMobil.

Los activistas no anticipan que JPMorgan Chase abandone la inversión en combustibles fósiles de la noche a la mañana, pero quieren que establezca un camino para alinear el banco con los objetivos climáticos de París, explicó Patrick McCully de Rainforest Action Network. En el futuro inmediato, ellos le están pidiendo al banco que deje de invertir en los combustibles fósiles más contaminantes.

“Vas a ver a la gente cortando sus tarjetas de crédito, vas a ver protestas y vas a ver la presión de los accionistas. Y no se detendrá con JPMorgan”, dijo Ellen Dorsey, la directora ejecutiva del Wallace Global Fund, una organización filantrópica que respalda la campaña.

Los inversionistas también están presionando a la industria, proponiendo resoluciones relacionadas con el clima durante las reuniones de accionistas de bancos y de gestores de activos, incluidos JPMorgan, Goldman Sachs, BlackRock, Bank of America y Barclays.

Según el proveedor de datos Proxy Insight, la cantidad de resoluciones climáticas que se sometieron a votación durante una junta general de accionistas de una compañía financiera aumentó de sólo cuatro en 2015 a 19 el año pasado.

A medida que ha aumentado el escrutinio, la industria se ha visto obligada a responder. En octubre, más de 50 instituciones financieras, con US$2.9 billones en activos, dijeron que divulgarían las emisiones de carbono de sus préstamos e inversiones, mientras que 1000 organizaciones se suscribieron al Grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD, por sus siglas en inglés), una iniciativa liderada por Mark Carney, el gobernador saliente del Banco de Inglaterra.

Algunas compañías, BNP Paribas entre ellas, ya han dejado de financiar ciertas empresas que trabajan en industrias que se cuentan entre los mayores contribuyentes al cambio climático, como la minería del carbón y la extracción de petróleo de las arenas bituminosas. BNP Paribas también ha establecido plazos para poner fin a la financiación de ciertas compañías energéticas si no cambian a operaciones con menores emisiones de carbono, dijo Hervé Duteil, el director de sostenibilidad.

Otras compañías financieras están planeando realizar inversiones en energía más limpia. “No deberíamos simplemente considerar el riesgo”, dijo Nigel Wilson, el director ejecutivo de la aseguradora británica Legal & General. “Actualmente estas tecnologías bajas en carbono se están volviendo más baratas, nuestra labor es respaldar esto con dinero y hacer que estas cosas sucedan”.

Según datos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), los activistas aún tienen mucho camino por recorrer para convencer a la industria financiera de que cambie sus hábitos: un informe del año pasado descubrió que los bancos globales habían invertido US$1.9 billones en el financiamiento de combustibles fósiles desde que se adoptó el Acuerdo de París para el cambio climático, y sólo la mitad de los bancos privados más grandes del mundo tienen un objetivo financiero sostenible.

Pero existe evidencia de que la acción por parte de los accionistas y de los activistas, así como el cambio en la opinión pública, están teniendo un impacto en el acceso al capital en el caso de algunos productores de combustibles fósiles, comentó Ben Nelson, un analista de Moody’s. Peabody Energy, una compañía de carbón estadounidense, recientemente no logró obtener una refinanciación para facilitar el establecimiento de una empresa conjunta con ArchCoal. El Sr. Nelson cree que esto se debió, al menos en parte, a que los bancos están comenzando a cambiar sus actitudes.

JPMorgan se negó a comentar acerca de las resoluciones de los accionistas dirigidas al Sr. Raymond, pero indicó que está haciendo una “cantidad significativa de trabajo” para explicar “las oportunidades y los riesgos relacionados con el clima” y que diría más sobre exactamente lo que está haciendo este año.

BlackRock condenó la protesta en su oficina de París, pero señaló la carta abierta del presidente ejecutivo Larry Fink a los ejecutivos en enero, la cual presentó una serie de cambios destinados a colocar la sostenibilidad en el centro de su estrategia de inversión. “Creemos que tenemos una responsabilidad significativa — como proveedora de fondos indexados, como fiduciaria y como miembro de la sociedad — de desempeñar un papel constructivo en la transición energética”, él escribió.

Sin embargo, algunos dentro de la industria advierten que la presión sobre los bancos y sobre los gestores de activos para que dejen de invertir en ciertos sectores pudiera tener consecuencias negativas.

“Si quieres que los inversionistas desinviertan, o que los bancos dejen de financiar las compañías de combustibles fósiles, podrías terminar con un caso en el que la propiedad pase a personas privadas o a personas a quienes no les importa el calentamiento global”, señaló Simon Gergel, el director de inversiones en Allianz Global Investors.

“Si obligas a la industria de los combustibles fósiles a alejarse de la opinión pública, esto pudiera conducir a las peores prácticas”.

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