Capturas informáticas
Muchas de las obras de ciencia ficción han sido sólo fantasía, pero varias han anticipado eventos futuros con inesperada precisión. Esos autores visionarios suelen partir de las realidades del momento, y las extrapolan hacia adelante con base en criterios propios y ajenos.
Los peligros que amenazan la seguridad de las redes informáticas han motivado predicciones alarmantes. Si los sistemas más seguros, con múltiples niveles de protección, caen víctimas de hackers, pierden informaciones confidenciales, ven sus datos encriptados, padecen bloqueos de accesos, o son controlados a distancia, parece válido preguntar si lo mismo no puede suceder con otros dispositivos que sean conectados a la red.
La dirección en que la tecnología avanza luce estar ya definida. Se tiende a que un número creciente de aparatos y equipos sean vinculados a las redes informáticas, lo que permitirá dirigir, programar, evaluar y modificar su funcionamiento, hará posible que se comuniquen entre ellos, y multiplicará su capacidad de diagnosticar fallos y aplicar correctivos apropiados. Es evidente que el desarrollo de esa tecnología abre fabulosas perspectivas de negocio, y es lógico que las empresas que suplen los sistemas operativos de los teléfonos inteligentes sean las mejor ubicadas para aprovecharlas. Se destaca a ese respecto el sistema Android de Google, que según un estudio publicado el mes pasado por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones domina el 86% de ese mercado.
La mitad de los nuevos vehículos de motor están ya preparados para conectarse a la red, y eso ha dado pie a escenarios futuristas en los que ellos son dirigidos desde “la nube”, conversan unos con los otros, intercambian datos, se ponen de acuerdo y están pendientes de las actualizaciones de sus programas. No sorprende, pues, que se les vislumbre como posibles blancos de ataques cibernéticos.
Y quizás haya que pagar un rescate para poder abrir la nevera o encender la estufa de la casa.
Gustavo Volmar