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Causantes de sus desgracias

Como resultado de la prosperidad, la población aumentó y con ella la demanda de alimentos. ... y bosques fueron talados para dar paso a cultivos.

Dicen algunos especialistas que los propios seres humanos son los causantes de la mayor parte de sus desgracias colectivas, o por lo menos contribuyen a agravar sus consecuencias. Entre los casos que mencionan están las pandemias más recientes, a las que vinculan con la contaminación y otros cambios ambientales provocados por las actividades económicas.

Pero de ser cierta esa relación, parece que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, un ejemplo de ello es la pandemia más devastadora de la historia, la llamada muerte negra de los años 1347 a 1352 en Europa. Se le atribuyen más de 75 millones de muertes, y fue producida por la bacteria que provoca la peste bubónica.

Con excepción de unos cuantos años a partir del 1315 en la parte norte del continente, Europa había disfrutado de un notable incremento en su nivel de vida durante los tres siglos precedentes a la peste. Se elevó la expectativa de vida al nacer y nuevas rutas comerciales fueron abiertas. Como resultado de esa prosperidad, la población aumentó y con ella la demanda de alimentos. A fin de satisfacer esa mayor demanda, bosques fueron talados para dar paso a cultivos. La menor disponibilidad de madera afectó los hogares de los campesinos, que eran la gran mayoría, quienes tuvieron que reservar sus acopios de madera para las necesidades más perentorias, como la cocción de alimentos y la subsistencia durante los duros inviernos. No quedaba mucha madera disponible para calentar agua para el baño, por lo que las crónicas de la época mencionan un progresivo deterioro en los niveles de higiene personal en los meses fríos.

Ese proceso facilitó la transmisión de las pulgas portadoras de la bacteria, desde las ratas a las personas, aumentando la rapidez con la que la pandemia se esparció, luego de su llegada a Europa en las embarcaciones que comerciaban con el Cercano Oriente. Aun así, tomó casi dos años para que la pestilencia llegara desde el Mar Negro hasta Inglaterra.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.