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Dedos gruesos

Citigroup, por error, en lugar de pagar los intereses, pagó 893 millones como saldo del préstamo que no vencía hasta el 2023.

Las mujeres dominicanas están familiarizadas con las diferentes marcas de cosméticos y fragancias, algunas de las cuales se han vendido en nuestro país por decenas de años. Una de ellas es Revlon. Fundada en Nueva York en 1932, Revlon no vive su mejor época. La competencia en sus mercados en muy intensa, productos genéricos han erosionado la lealtad de sus usuarios, y los cierres de comercios y salones por causa del virus han hecho descender sus ventas a nivel mundial, un 20.1% en el tercer trimestre del año. No habiendo sido pionera en las ventas por internet, éstas representan ahora sólo un 12% del total.

Aunque la experiencia de Revlon no es única en su sector, arroja luz sobre dos aspectos de interés económico.

Uno de ellos es el efecto de las adquisiciones financiadas con endeudamiento. Revlon compró otras compañías, algunas de ellas rivales y otras para ampliar su base de productos, absorbiendo marcas como la afamada Elizabeth Arden en el 2016. La exposición a las deudas incrementó la vulnerabilidad de la empresa a las consecuencias de la pandemia.

Pero además de ese aspecto financiero, el caso de Revlon incluye un inusual incidente ocurrido el pasado día 11 de agosto. En esa fecha la empresa debía pagar 7.8 millones de dólares de intereses a un grupo de acreedores a través de Citigroup, banco de larga presencia en la República Dominicana. El banco, por error, en lugar de pagar los intereses, pagó 893 millones como saldo del préstamo que no vencía hasta el 2023. Dado que Revlon no tenía el dinero para hacer eso, los recursos utilizados fueron del propio Citigroup, el cual reclamó a los acreedores la devolución de los fondos. Algunos de ellos accedieron, pero otros, involucrando 508 millones, rehusaron. Citigroup tuvo que demandarlos ante una corte federal en Manhattan.

Uno de los acreedores dijo que el evento fue causado por un error de un empleado de Citigroup con “dedos gruesos” implicando que presionó la tecla equivocada.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.