En la segunda sección
La lectura de la primera parte del reporte del FMI sobre la economía dominicana mueve a brindar por los éxitos que hemos obtenido, pero consideraciones vertidas más adelante deben ser motivo de reflexión.
El Fondo reitera que es necesario fortalecer la posición fiscal. En particular, señala que debemos aprovechar la coyuntura actual para reducir la deuda pública, la cual seguirá aumentando debido al elevado déficit público consolidado, llegando al 49.5% del PIB en el presente año.
Con ese fin, propone expandir la base tributaria, suprimiendo exenciones e incentivos. Y también recomienda reducir gastos públicos “ineficientes”, entre los cuales no podía faltar su mención al subsidio de la electricidad.
Llama la atención la sugerencia del Fondo de que el gobierno disminuya su dependencia del endeudamiento externo a fin de reducir su exposición a riesgos cambiarios, sobre todo en vista de su insistencia de que se permita una mayor “flexibilidad” en la tasa de cambio, lo que da a entender que desea que el gobierno se proteja ante una devaluación más acelerada que la que ha venido ocurriendo hasta ahora.
Para que eso suceda el gobierno tendría que recurrir más a la emisión de bonos en pesos, los cuales se han estado vendiendo a tasas de interés superiores al promedio del mercado local. Ese alto costo implica la necesidad de que esas emisiones se “coordinen” con las del Banco Central, con el propósito de evitar superposición, léase competencia, entre ellas.
Como consecuencia de esa recomendación, el Fondo indica que la política fiscal debe ayudar al desempeño de la política monetaria, incluyendo el manejo del déficit cuasi-fiscal, para lo que propone más firmeza en el programa de recapitalización del Banco Central.
Salvo situaciones apremiantes, nuestros gobiernos toman y dejan de los informes del Fondo. Toman como válidos sus elogios, pero no necesariamente hacen las reformas que recomienda.
gvolmar@diariolibre.com
Gustavo Volmar
Gustavo Volmar