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Flores dominicanas

Fue mostrada en libros, revistas, folletos turísticos y sellos de correo, pero en el 2011 fue reemplazada por otra. La flor nacional del país, la flor de la caoba, fue sustituida por la rosa de Bayahíbe, mucho más vistosa y atractiva, y como aparente compensación por la destitución se nombró a la caoba como árbol nacional. No sabemos qué influencia tuvo en el cambio el auge turístico de la región oriental, o la condición de esa rosa como especie en peligro de extinción, pero el hablar de flores nos lleva a lamentar que el valor que exportamos de ellas siga estando muy por debajo de su potencial.

El ejemplo de Taiwán con las orquídeas podría servirnos de lección. Cultivadas originalmente como una actividad recreativa, el gobierno de ese país las convirtió en un gran negocio mediante un programa de apoyo técnico y financiero a los productores. Capturó el mercado estadounidense, desarrolló un calendario de ferias, y utilizó sus oficinas comerciales en otros países para promoverlas.

Hay que admitir que nuestro limitado territorio no es comparable a las vastas extensiones disponibles en Colombia, Ecuador y otros lugares, que el alto costo de la electricidad y la refrigeración es un enorme obstáculo, y que el costo del transporte interno tampoco es un factor de ventaja, pero gracias a nuestra topografía contamos con zonas propicias para el cultivo de flores, susceptibles de ser aprovechadas con esa finalidad. Y en adición a ello, están los invernaderos, que permiten maximizar la productividad por superficie utilizada.

La importación de semillas y bulbos ha hecho posible diversificar la producción de flores en el país, permitiendo la oferta en el mercado local de numerosas variedades exóticas. Esa mayor diversificación, sin embargo, no implica que haya ocurrido un incremento en nuestra competitividad internacional. Lógicamente, vender en el mercado local es mucho más fácil que abrirse paso en mercados extranjeros.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.