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Frente a la IA

Para tener oportunidad de incorporarnos en el desenvolvimiento de la IA es preciso primero desarrollar la inteligencia natural de nuestra población

Si el futuro pertenece a la IA, la inteligencia artificial y sus múltiples aplicaciones potenciales, es lógico e imperativo que la República Dominicana no se quede al margen de su desarrollo, el cual tiene la característica de que no depende de la posesión de riquezas minerales o vastas tierras de cultivo. Para ella no se requiere tener petróleo ni estar entre los países miembros del G-20. Lo que se necesita es talento.

Para tener oportunidad de incorporarnos en el desenvolvimiento de la IA es preciso primero desarrollar la inteligencia natural de nuestra población. Según los pronósticos, la IA va a implicar no sólo la transformación de las estructuras productivas, sino también un cambio radical en los estilos de vida. Habrá que prepararse y adaptarse a ella, y un rezago inicial puede acumularse y significar quedarse atrás por largo tiempo.

La Unión Europea así lo ha comprendido y no quiere terminar rezagada frente a China y los EE.UU. Ha entendido también que la carrera por el avance técnico, por su naturaleza acumulativa, tiende hacia la concentración en los lugares que salgan adelante primero. Y ha llegado a la conclusión de que ese proceso de concentración no se detendrá por la simple actuación de las fuerzas del mercado. Éstas, por el contrario, tenderán a reforzarlo.

Con ese propósito, la Comisión Europea anunció la creación de una red de centros de innovación digital, los cuales aspiran fomentar el desarrollo y adopción de nuevas tecnologías por parte de empresas pequeñas y medianas. Parte del principio de que el talento está esparcido por toda la economía, por lo que hay que estimularlo donde aparezca, sin estar limitado a las grandes corporaciones. Estas últimas son más propensas, por razones de costo y eficiencia, a trasladar sus investigaciones a los lugares donde ya estén más avanzadas.

Dado el pobre desempeño de la educación dominicana, partimos en condiciones desventajosas frente al reto de la IA.