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Libertades compartidas

Puede ser más fácil obtener contratos y autorizaciones de parte de estados absolutistas que bregar con conglomerados corporativos

Entre las creencias generalmente aceptadas en las democracias occidentales hay una que vincula las reformas favorables al libre mercado con las libertades políticas. Se alega que la creación de oportunidades económicas fuera del ámbito estatal hace que el sustento de las personas dependa menos de facilidades y empleos gubernamentales, dándoles una mayor independencia. Además, dada la frecuente ineficiencia de los procedimientos estatales, las intromisiones oficiales en los negocios tienden a ser vistas como perjudiciales al bienestar colectivo.

Esa creencia ha influido en las políticas de las naciones desarrolladas respecto del resto del mundo. También forma parte del contexto intelectual que rodea a las recomendaciones de organismos como el Banco Mundial y el FMI. Y en más de una ocasión ha llevado a condicionar préstamos y programas de ayuda a la adopción de reformas liberalizadoras.

Pero esa unidad de criterio entre los países avanzados se ha ido resquebrajando debido a las rivalidades entre los EE.UU. y sus socios europeos. El objetivo gubernamental de conseguir negocios lucrativos para empresas de su país no distingue entre transacciones con gobiernos o con empresas privadas. De hecho, puede ser más fácil obtener contratos y autorizaciones de parte de estados absolutistas que bregar con conglomerados corporativos.

Ejemplos los dan Arabia Saudita e Irán. Según reporta la Institución Brookings, en Irán se observa una reversión de las reformas liberalizadoras debido a la reimposición de las sanciones estadounidenses.

Se han vuelto a establecer controles de precios, subsidios de bienes, intervenciones en el mercado cambiario y campañas contra el acaparamiento de productos. Y los funcionarios más comprometidos con las reformas han renunciado o han sido despedidos por los conservadores en el parlamento.

Los europeos dicen no estar de acuerdo con esas sanciones, pero igual que los EE.UU. siguen haciendo negocios con los sauditas.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.