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Mansión del placer

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Mansión del placer
El empleo de la mansión dentro del sofisticado aparato publicitario que convirtió a la revista Playboy en un ícono del sector. (SHUTTERSTOCK)

Ser invitado a una de las fiestas celebradas en su famosa gruta era el sueño inalcanzable de muchas personas, quienes tenían que conformarse con leer las crónicas, y ver los videos y fotos, de lo que acontecía allí.

Parte de una hábil estrategia de mercadeo, que mezclaba elementos de escapismo y ficción con el atractivo de la fruta prohibida, la Mansión de Playboy en Los Angeles, California, donde el Beatle John Lennon apagó un cigarrillo en un cuadro de Matisse, fue escenario de muchas vivencias, residencia de conejitas y hogar del fundador de la empresa durante cuatro décadas.

El empleo de la mansión dentro del sofisticado aparato publicitario que convirtió a la revista Playboy en un ícono del sector, figura ahora como uno de los mayores éxitos mercadológicos, sin entrar a discutir acerca de los méritos o máculas del negocio en cuestión. Con 1,858 m2 de construcción, 29 habitaciones, una de las piscinas más fotografiadas del mundo, una cancha de tenis y una licencia para un mini zoológico, la vista de la mansión desde el exterior es parte de las rutas recorridas por los turistas. Ahora ha sido puesta en venta por la empresa, la cual ha visto su revista y sus clubes decaer.

Construida en 1927, fue adquirida por Playboy en 1971 por US$1,100,000. A los precios actuales en los EE.UU., ese monto equivaldría a US$6,446,000, pero Playboy la está vendiendo por US$200 millones.

Aún tomando en cuenta los costos de las renovaciones y ampliaciones llevadas a cabo, la transacción representaría una gran ganancia de capital para la compañía, lo que demostraría que la plusvalía inmobiliaria sigue siendo una importante fuente de riqueza patrimonial, si la vivienda reúne las condiciones apropiadas. Por supuesto, pocas casas despiertan tantas emociones.

El comprador, sin embargo, se llevará más que la casa. Deberá permitir que Hugh Hefner, quien ya cuenta con 89 abriles, siga residiendo en ella hasta que muera.

gvolmar@diariolibre.com

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