Otra clase de atención

Durante años se estuvo escuchando una queja en Latinoamérica. Se decía que la región ocupaba un lugar muy bajo en la agenda del gobierno estadounidense. Las prioridades de los EEUU andaban por el Medio Oriente, la zona del Pacífico y Europa, y se calificaba como ilógico que se interesara más por esas zonas del planeta que por los problemas de su propio continente. La atención que se quería de los EEUU tenía que ver con una mayor colaboración para la mejora de las condiciones de vida, más ayuda económica, mecanismos efectivos de transferencia tecnológica, inversiones más cuantiosas, una ampliación de las oportunidades comerciales, la ejecución de proyectos conjuntos de desarrollo y la concesión de un trato más preferencial.

La actual administración estadounidense abandonó la Alianza Transpacífica, cuyas posibles repercusiones comerciales eran causa de preocupación en varios países de la región, entre ellos el nuestro.

Se distanció de Europa y acusó a China de esquilmar a los EEUU Dio inicio a un retiro progresivo de su participación directa en los conflictos del Medio Oriente. Y volcó su atención sobre algunos aspectos de los asuntos hemisféricos, pero no en la dirección que la región deseaba. Arremetió desde el principio contra México debido a la inmigración procedente de ese país, redujo los programas de asistencia, detuvo el acercamiento con Cuba y puso en jaque al acuerdo NAFTA de libre comercio.

El vicepresidente de los EEUU ha visitado Colombia, Argentina, Chile, Panamá y Perú, y su itinerario lo lleva también a Brasil, Ecuador y Guatemala. En este último país, el primero en seguir los pasos de EEUU y trasladar su embajada en Israel a Jerusalén, se interesa por los daños causados por el volcán. Y busca respaldo para acentuar el aislamiento del gobierno bolivariano de Venezuela.

Poco se habla ahora de aquellos aspectos sobre los que Latinoamérica quería que los EEUU pusieran una mayor atención.

Gustavo Volmar