Radio bemba

Facebook fue acusada de haber servido como instrumento para influir sobre el resultado de varios procesos electorales. Se le atribuye haber facilitado los datos de 50 millones de usuarios a una firma consultora, la cual estuvo involucrada a favor del Brexit en el Reino Unido y de la campaña del candidato presidencial republicano en los EE.UU. Facebook no niega haberle entregado esas informaciones, pero alega que fue engañada en cuanto al uso que se les daría, pues se le dijo que se utilizarían en un estudio académico.

Antes de Facebook, Twitter, internet y la web, los dominicanos teníamos nuestro propio mecanismo de difusión de noticias, muchas de ellas con el propósito de exaltar o desacreditar personas, entre ellas dirigentes políticos, o para fines de defender o atacar ideas y puntos de vista. Ese mecanismo era conocido como “radio bemba” y utilizaba los medios disponibles en ese entonces, incluyendo el teléfono y los encuentros personales. No era, obviamente, tan veloz y masivo como las actuales redes sociales, pero cumplía su papel de propalar rumores, algunos con fundamento real y otros inventados.

En el fondo del asunto está la propensión que las personas tienen para creer cosas sin detenerse a comprobarlas. Dicha inclinación es tanto mayor cuanto más cercanas a las preferencias personales esté la información. Si nos agrada lo que se nos dice, es más probable que lo aceptemos como válido. Es notable, en ese sentido, la disposición de dar crédito a supuestos hechos y revelaciones que son claramente absurdos e irreales.

Pero hay que admitir que las redes sociales son más sofisticadas que radio bemba. Permiten presentar la información de la forma en que es más probable que el usuario la acoja. Al conocer lo que a él le agrada y desagrada, los planteamientos que ha hecho, y su estamento socioeconómico, es posible salpicar dicha información con tópicos y razonamientos que eleven su atractivo y credibilidad.

Gustavo Volmar