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Reclamo de garantías

Al provocar la pandemia un descenso en las ventas, la incidencia porcentual de las garantías sobre los ingresos aumentó en 2020 para muchas compañías

Las ventas de equipos de oficina, vehículos, maquinarias industriales y bienes de consumo duradero son por lo regular acompañadas de garantías provistas por sus fabricantes. Ellas no sólo protegen al comprador contra defectos de manufactura y problemas de diseño, sino que también envían una señal de que el fabricante confía en la calidad de su producto y está dispuesto a correr el riesgo de garantizar su desempeño.

No obstante, por causa de la globalización, los fabricantes adquieren de otros suplidores un creciente porcentaje de los componentes que utilizan. Es lógico, dada esa situación, que cuando un desperfecto es causado por una pieza procedente de un suplidor, se le pueda requerir a éste asumir o compartir el costo de la garantía. Algunos fabricantes no acostumbraban a hacerlo, sin embargo, hasta que la pandemia les obligó a ello.

En cierto modo, parecido a lo que sucede con las pensiones en los sistemas de reparto, el costo de las garantías de productos vendidos previamente, es financiado con las ventas de nuevos artículos, aun cuando se hayan segregado provisiones con esa finalidad. Al provocar la pandemia un descenso en las ventas, la incidencia porcentual de las garantías sobre los ingresos aumentó el año pasado para numerosas compañías, las cuales optaron por traspasar una parte del costo a sus suplidores. Ése fue el caso, por ejemplo, de la compañía Ford, cuyos costos de garantía pasaron del 2% de sus ventas cinco años atrás, a cerca del 4% en el 2020, superando ampliamente al de su competidor General Motors. Pero no todos esos costos son traspasables, ya que pueden provenir de fallos propios en diseño o manufactura. En el caso de Ford, sólo una tercera parte de los costos fueron atribuibles a suplidores externos.

Y está también el llamado costo reputacional, difícil de trasladar, resultante del deterioro de la imagen de los productos aquejados por los desperfectos, y de los trastornos causados a los clientes.

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Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.