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Represalia inefectiva

Quizás las recordemos como una curiosidad dentro de la tabla periódica que intentaron enseñarnos en las clases de química. Las tierras raras son un grupo de elementos con algunas características comunes, y no deberían ser consideradas raras si agrupamos la cantidad de ellas que hay en la corteza terrestre. Una cosa que les distingue, sin embargo, es que están muy dispersas, lo que hace que su extracción sea más costosa. Y otra cosa que también les confiere una connotación especial es que los chinos son quienes controlan el 75% de su producción, con Australia en segundo lugar con el 15%.

Usadas en teléfonos inteligentes, motores eléctricos, cerámicas, televisores, cámaras, computadoras, láseres y satélites, las tierras raras, y la demanda por ellas, van de la mano con los adelantos tecnológicos. Dado que les tomaría varios años a los EE.UU. y otros suplidores alcanzar la capacidad de procesamiento que tiene China, el suministro de tierras raras ha figurado entre los renglones que los chinos podrían restringir en represalia por la imposición de tarifas estadounidenses.

Pero la economía tiene rasgos inesperados. Resulta ser que los principales fabricantes de varios de los bienes que más usan tierras raras están en Asia, particularmente en China, y no en los EE.UU., lo que haría que esas potenciales restricciones se volvieran en contra de los propios chinos. De hecho, se ha mencionado a veces que China ha dado a sus empresas un acceso preferencial a las disponibilidades a fin de otorgarles una ventaja sobre competidores de otras naciones.

Además, en cuanto a los demás usuarios, muchos importadores han venido acumulando existencias e incrementando sus inventarios, en parte precisamente para protegerse si ocurren limitaciones en el suministro. Y a eso se añade que varias industrias en los EE.UU., especialmente las vinculadas al sector militar, han estado activamente buscando alternativas para sustituir esos elementos.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.