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Saturación informativa

No hay duda de que la información ha bajado dramáticamente de precio

En los mercados de productos, el precio pone un límite a la demanda. Para la generalidad de los bienes y servicios, la demanda se reduce cuando el precio aumenta, y sube cuando el precio desciende. Pudiera ser, no obstante, que el producto fuese tan abundante que su precio fuese prácticamente cero. En realidad, siempre suelen haber costos asociados al uso de cualquier bien, los cuales pueden incluir acceso, transporte y adquisición de bienes complementarios, pero si estos costos son muy reducidos, el producto podría catalogarse como un bien esencialmente libre.

En esas condiciones entra en escena la capacidad de absorción del producto en cuestión. Normalmente hay límites a la cantidad de un bien o servicio que una persona puede consumir en un lapso determinado de tiempo, y un ejemplo magnífico de ese hecho lo provee la información.

No hay duda de que la información ha bajado dramáticamente de precio. Basta citar a ese respecto a las enciclopedias. Años atrás éstas eran costosas, aparte de ser muy pesadas y voluminosas. El internet ha puesto cantidades masivas de información al alcance de la mano, siendo el costo de acceso a una unidad específica sumamente pequeño. La limitante, por lo tanto, no es el precio sino la capacidad de ver, leer, oír y comprender el contenido. Y en algunos casos el uso es tan intenso que se aproxima al punto en que dicha capacidad queda saturada. Para que eso ocurra, sin embargo, no es suficiente la magnitud de la disponibilidad de la información. Tiene además que haber demanda por ella, pues de lo contrario sería simplemente pasada por alto.

El coronavirus reunió ambas condiciones, disponibilidad y demanda, acercando a las personas a un estado de saturación, agravado por la escasa confiabilidad de muchas de las informaciones en circulación. A medida que se prolonga la saturación, crece el peligro de que las personas opten por alejarse de las fuentes de información y podrían, entonces, perder datos valiosos.

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Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.