Sonrisas de pago

Las dietas saludables están ganando adeptos. Los compuestos químicos, grasas saturadas y bebidas azucaradas están bajo asedio, y mal harían las cadenas de restaurantes si ignoraran esa realidad.

KFC, una de las cadenas más criticadas, cuya afinidad con lo frito estaba escrita en Kentucky Fried Chicken, su nombre anterior, ha creado K Pro en respuesta a esa tendencia. Descrito como un nuevo concepto de restaurant, sus especialidades son las ensaladas, sándwiches proteínicos, jugos naturales frescos, cervezas de barril, y variedades gastronómicas de café y helados. El pollo no podía faltar, por supuesto, pero se sirve asado.

No escapó a la atención de KFC que los jóvenes tienden a ser más cuidadosos con lo que comen que los mayores de edad. Son más conscientes de su figura, hacen más ejercicio, y están mejor informados de los reportes sobre las consecuencias de los hábitos dietéticos. Los que ya no son tan jóvenes puede que tengan, por razones de salud, que prescindir de ciertos tipos de comida, pero suelen hacerlo por obligación, forzados por consideraciones médicas, no por vocación espontánea.

Como los jóvenes son también mucho más conocedores y amantes de la tecnología, KFC decidió atraerlos no sólo con los productos que ofrece, sino también con la forma en que pagan por ellos. En China, país con un enorme mercado compuesto por jóvenes proclives a los dispositivos electrónicos, la cuenta en restaurantes K Pro puede ser pagada, literalmente, con una sonrisa. Con tecnología de reconocimiento facial suplida por una filial de la compañía Alibaba, el equivalente chino de Amazon, el cliente al poner su orden en una pantalla sólo tiene que sonreír y digitar un número de teléfono para hacer su pago. Se dice que con ese número, la cámara 3D, y un sofisticado algoritmo, las posibilidades de hacer fraude usando fotos o vídeos son mínimas.

Aun sonriendo, sin embargo, pagar la cuenta sigue siendo doloroso.

Gustavo Volmar