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Todos ganadores

De ahí que en términos de sus posibilidades para ser reelecto en el 2020, Trump pueda afirmar que el avance republicano en el Senado fue un triunfo

Si se les hubiera dado a escoger entre conservar el control de la Cámara de Representantes, o aumentar su mayoría en el Senado, los republicanos habrían probablemente seleccionado lo primero. Para ellos era evidentemente preferible mantener su predominio en el Congreso que incrementar su hegemonía en una rama y perder la otra. Aun así, el presidente Trump calificó el resultado de los comicios de medio término como una gran victoria, y en cierta medida tuvo razón en hacerlo.

Un punto a su favor es que la mayoría de los candidatos por los que él intervino más intensamente en la campaña, como sucedió en Indiana, Kentucky y Florida, fueron electos. Pero un motivo de satisfacción todavía más importante radica en que las elecciones de los senadores son más relevantes para los próximos comicios presidenciales. Esto así pues se cuentan todos los votos emitidos en un estado, igual que cuando se elige al presidente, en tanto que las votaciones para los representantes son decididas sólo en base a los votos computados específicamente en cada distrito. De ahí que en términos de sus posibilidades para ser reelecto en el 2020, Trump pueda afirmar que el avance republicano en el Senado fue un triunfo.

Los demócratas por su parte también se declararon victoriosos. Rompieron el monopolio gubernamental republicano, y estarán a partir de enero en condiciones de bloquear las iniciativas legislativas que consideren adversas. A ello se suma el poder de la Cámara para desarrollar pesquisas e investigaciones sobre asuntos que pudieran ser comprometedores para Trump o sus allegados. Y también pueden declarar que el resultado electoral fue un rechazo a las políticas auspiciadas por el presidente, dado que la elección de los representantes refleja el sentir popular con mayor fidelidad que la de los miembros del Senado.

En fin, todos son políticos, y a los políticos no les agradan las derrotas. En ese sentido, los dos bandos dicen haber ganado.