Viaje en el tiempo
El producto es una iniciativa de una empresa llamada Curve
Si existía duda de que la economía compite de igual a igual con la física y la ciencia ficción, ha quedado despejada con el novedoso viaje al pasado anunciado por una compañía británica. Se ofrece lo que se describe como viaje financiero en el tiempo, equivalente a esos traslados intertemporales tan del gusto de las aventuras de los héroes espaciales. No habrá, por lo menos por ahora, viajes al futuro, sino sólo al pasado. Pero eso sí, esa cualidad de los viajes en el tiempo, por la cual lo que cambian los viajeros en el pasado afecta al presente, se cumplirá en estos periplos financieros.
Los expertos en mercadeo son maestros, por supuesto, en el arte de agrandar la importancia de los productos que anuncian, pudiendo conseguir que un pequeño gatico luzca tan temible como un tigre, o que una modesta vivienda parezca como si fuera una mansión principesca, y todo eso sin falsear informaciones ni recurrir a engaños. La clave está en el empaque, en la forma de presentación.
Muchos podrían decepcionarse en este caso, pues ese viaje financiero al pasado es sólo un mecanismo de pago que permite al cliente seleccionar de modo retroactivo cuál tarjeta de crédito o débito usar en sus compras, hasta dos semanas después de haberlas efectuado. El producto es una iniciativa de una empresa llamada Curve, fundada hace apenas dos años, la cual ha obtenido el respaldo de la gigantesca Mastercard.
Con esa innovación se presume que el cliente podrá manejar mejor sus disponibilidades de efectivo. Por ejemplo, si luego de efectuado el gasto comprueba que tiene fondos para hacer el pago, puede cambiar el cargo desde una tarjeta de crédito a una de débito, o puede hacerlo a otra tarjeta de crédito con una fecha de corte diferente. Los vendedores, sin embargo, no percibirán el cambio ni serán afectados en sus cobros ni en los costos de la transacción. El viaje está aún en fase de prueba, pero se aceptan voluntarios.
Gustavo Volmar
Gustavo Volmar