Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales

Tolerancia decreciente

La visibilidad de los efectos climáticos de la contaminación atmosférica se ha acentuado

La tolerancia para con las actuaciones de las demás personas suele depender de las consecuencias que dichas actuaciones tengan sobre nosotros. Si lo que ellas hacen no nos afecta directamente, es probable que estemos dispuestos a dejar que lo sigan haciendo. Por diversos motivos podemos estar en desacuerdo con ellas, y criticarlas por su negligencia, desidia, pasividad, irresponsabilidad, o la falta que nos parezca que están cometiendo, pero usualmente nos abstenemos de hacer algo para obligarlas a modificar su comportamiento. Esa actitud puede cambiar radicalmente si nos convencemos de que estamos siendo severamente perjudicados. Llegado ese momento, podríamos decidir poner fin al problema, primero a través de la persuasión y luego, si esa vía no da resultado, utilizando otros medios a nuestro alcance.

Es cuestión de tiempo para que algo así suceda mundialmente en materia ambiental. La visibilidad de los efectos climáticos de la contaminación atmosférica se ha acentuado. Inundaciones, tormentas, calor, dislocaciones biológicas, pérdidas de cosechas, falta de agua potable y otras señales han ido progresivamente despejando las dudas acerca de la realidad del problema. Quedan escépticos, y también a quienes conviene negarlo por causa de sus intereses, pero la realidad de los daños es cada vez más evidente.

La reacción inicial de los países desarrollados ha sido promover acuerdos internacionales, y establecer mecanismos que contemplan incentivos tanto en el ámbito local como para otros países. Y esos mecanismos han sido acompañados por penalidades a sus propias empresas por las emisiones que generan. Pero dado que la contaminación no tiene fronteras, se acerca el momento en que tendrán que decidir qué hacer con los países que continúan agravando la situación,  para obligarlos a reducir sus emisiones. Se calificará su falta de colaboración como una agresión que representa una amenaza existencial y justifica el empleo de medios de coerción.

TEMAS -

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.