Contraataque masculino
El pasado 4 de marzo, en preparación para la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Ministra de Igualdad de Género de Corea del Sur recibió un reconocimiento por la labor que ha venido desempeñando.
El pasado 4 de marzo, en preparación para la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Ministra de Igualdad de Género de Corea del Sur recibió un reconocimiento por la labor que ha venido desempeñando. Todo hubiera estado bien, y probablemente el hecho hubiera pasado desapercibido, de no haber sido por la procedencia del premio. Quien lo otorgó fue una agrupación que anualmente identifica y denuncia a los mayores obstáculos para la igualdad de género en ese país. La ministra fue galardonada por su actitud “ignorante e irresponsable”.
Los feministas atribuyen al gobierno coreano haber provocado un retroceso en la lucha por los derechos de la mujer. Conservador en sus conceptos y políticas, el actual gobierno ha frenado algunas disposiciones de administraciones anteriores. En el centro del debate figura el criterio de que bajo el lema de la igualdad se han encubierto medidas lesivas para los valores sociales, o que transgreden derechos de otras personas. Una de las alegadas consecuencias ha sido la dramática erosión de la tasa de natalidad, que está haciendo peligrar la viabilidad futura de la nación. Desde ese ángulo, la búsqueda legítima de un tratamiento igualitario ha sido aprovechada, y desvirtuada, en favor de comportamientos opuestos a la cultura y tradiciones que han contribuido a que el país haya pasado desde una situación primitiva de pobreza, a la posición que ocupa como una potencia industrial, tecnológica y comercial.
A ese criterio los feministas responden calificándolo como una excusa esgrimida por hombres temerosos de enfrentar la competencia de las mujeres, interesados en detener sus avances en la arena política y el mercado laboral. E indican que a pesar de que su economía es la décima más grande del mundo, Corea del Sur exhibe índices reveladores de las desigualdades existentes. Durante casi treinta años ha ocupado el primer lugar entre las naciones de la OECD en cuanto a la magnitud de la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Gustavo Volmar