Visión humana

En una columna anterior mencionamos el avance de nuestro país en cuanto a su importancia para fines comerciales. Este hecho fue reconocido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en uno de sus tweets, lo que podría ser interpretado como una señal de aprecio. Añadimos, no obstante, que para tener una medida de valoración alternativa, menos vinculada a los provechos económicos derivados del comercio, podríamos tomar en cuenta los requisitos que otras naciones imponen a las personas que desean viajar a ellas con pasaportes dominicanos, lo cual refleja la forma en que somos percibidos desde fuera.

Utilizando informaciones suministradas por la IATA, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, el Índice Henley de Pasaportes asigna una puntuación a los pasaportes de 199 naciones en función del número de países a los que sus portadores pueden viajar sin necesidad de obtener una visa.

De los 199 países analizados, nuestro país ocupa el lugar 71 en cuanto al número de naciones (70) a las que podemos viajar sin visas. Eso no significa, sin embargo, que 128 países estén por debajo de nosotros, pues una determinada posición puede ser ocupada por varias naciones simultáneamente.

En el 2006, 17 años atrás, nuestra posición, 71, era la misma. Si nos fijamos en Costa Rica, con la que a veces nos comparamos para otros propósitos, nos daremos cuenta de que está en el lugar 27, con 151 países a los que sus ciudadanos pueden entrar sin visas. Hasta Venezuela, censurada por su régimen político, nos lleva una gran ventaja, pues está ubicada en el lugar 44 con 124 países libres de visado. Y más aún, el número de 70 países que nos aceptan sin visas, está bastante por debajo de los 109 del promedio mundial.

Somos, evidentemente, una nación pequeña, lo que pudiera implicar que tenemos poco poder para negociar exenciones recíprocas de visas. Pero Costa Rica también lo es, y el líder global, Singapur, con 193 naciones sin visado, posee apenas una fracción de nuestro territorio.

Gustavo Volmar

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Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.