Efusividad parcial
Recibimos a los visitantes españoles con los brazos abiertos y sin restricciones, igual que a viajeros procedentes de otras naciones desarrolladas.
Otra celebración del Día de la Raza se lleva a cabo en condiciones internacionales esencialmente similares a las que prevalecían en los últimos años, si es que no han empeorado. Peor o mejor, a ese respecto, hace referencia a las circunstancias que inciden sobre la forma como España se relaciona con sus antiguas colonias de América. En lo que a nosotros concierne, la emigración indeseada de dominicanos hacia allá ha provocado que no se nos trate igual que a algunos otros países de la región. En ese sentido, la efusividad de los lazos ancestrales con nuestro país se atenúa o desvanece en cuanto al desplazamiento de personas.
La causa es económica, y se manifiesta en una disparidad de actitudes.
Recibimos a los visitantes españoles con los brazos abiertos y sin restricciones, igual que a viajeros procedentes de otras naciones desarrolladas. Ellos representan ingresos y empleos, y apreciamos mucho que nos hayan preferido en lugar de escoger otros destinos.
Numerosos dominicanos, en cambio, van a España en busca de trabajo. Mochos de ellos poco calificados, ocupan posiciones en los niveles bajos de la escala laboral, y encuentran difícil integrarse en la sociedad española, concentrándose en determinados enclaves donde su presencia no es necesariamente bien recibida. Desde ese ángulo, y aparte de los negocios e inversiones, puede debatirse cuál es el significado que la población española otorga a los vínculos con varias de las naciones latinoamericanas más pobres, el cual puede ser distinto al que figura en las declaratorias oficiales que los colocan en un lugar de especial relevancia.
Pero aunque pueda ser lamentable, es entendible que España, inmersa en sus propias dificultades, no esté en disposición de asumir lo que percibe como las cargas que los inmigrantes implican. En realidad, si en estos momentos sucediera lo contrario y fuesen españoles depauperados los que estuvieran llegando aquí, es posible que la acogida que les diéramos fuera diferente a la que hoy les damos.
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