Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales

Intervenciones militares

Las inversiones y la creación de empleos son ahuyentadas por la inestabilidad y la falta de continuidad

En el pasado, sobre los comicios que tenían lugar en América Latina se proyectaba una sombra preocupante. Existía la posibilidad de que en algún momento, sea por iniciativa propia o siguiendo órdenes superiores, las fuerzas armadas intervinieran en el proceso. Eran varias las modalidades en que dicha intervención podía llevarse a cabo, pero el resultado siempre era una interrupción de los mecanismos democráticos y el desconocimiento de la voluntad popular. Y no hacía falta que hubiese elecciones para que se produjera una intervención. Podía ocurrir en situaciones resultantes de movilizaciones, protestas y cualquier otra circunstancia que alterase el orden público.

La economía era por lo regular una de las víctimas de esos eventos. Las inversiones y la creación de empleos son ahuyentadas por la inestabilidad y la falta de continuidad. Dado que los regímenes de fuerza no se rigen por las leyes, contratos u obligaciones contraídas, no están conminados a respetar derechos adquiridos, ni tampoco tienen que cumplir con trámites constitucionales para dictar medidas, el clima para hacer negocios se enrarece y se torna inseguro. Surge una actitud de espera cautelosa que hace aconsejable suspender proyectos y posponer la expansión de operaciones.

Ya que las empresas necesitan operar para cubrir sus gastos y sobrevivir, el deseo y propósito de los empresarios era retornar a la normalidad lo antes posible, para lo cual buscaban señales indicativas de que el retorno estaba ocurriendo. Eso significa que el daño causado por la reacción empresarial era esencialmente transitorio, susceptible de terminar tan pronto las condiciones volvieran a ser favorables.

Las señales, sin embargo, podían tardar en llegar. Las autoridades solían tener otras prioridades, derivadas de las razones por las que la injerencia militar ocurrió. Y en ausencia de indicios de normalización, el deterioro económico derivado de la espera se acentuaba, estimulando expectativas desfavorables.

TEMAS -

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.