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Con insultos y puñetazos en la mesa, la UE reanuda su cumbre

Todos los países están de acuerdo en que deben unirse, pero los cinco países norteños más acaudalados, liderados por Holanda, quieren controles más estrictos sobre el gasto

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Con insultos y puñetazos en la mesa, la UE reanuda su cumbre
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el centro, sale de madrugada del edificio del Consejo Europeo en la madrugada del lunes 20 de julio de 2020. Cansados y recelosos, los mandatarios de la Unión Europea se preparaban el lunes para el cuarto día de tira y afloja en torno a un presupuesto europeo sin precedentes de 1.850 millones de euros (2.100 millones de dólares) y un fondo de recuperación del coronavirus, tras un fin de semana de reuniones interrumpidas, puñetazos en la mesa e insultos. (AP FOTO/OLIVIER MATTHYS, POOL)

Cansados y recelosos, los mandatarios de la Unión Europea se preparaban el lunes para el cuarto día de tira y afloja en torno a un presupuesto europeo sin precedentes de 1.850 millones de euros (2.100 millones de dólares) y un fondo de recuperación del coronavirus, tras un fin de semana de reuniones interrumpidas, puñetazos en la mesa e insultos.

Bajo la luz del sol en la terraza del centro de reuniones Europa, el lunes por la mañana parecía haber por fin un destello de esperanza de que las conversaciones para ayudar al continente a salir de la pandemia con un paquete de ayudas sin precedentes no están condenadas en absoluto.

“Se ve más optimista que cuando pensé por la noche: ‘Se acabó’”, dijo el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, blanco de buena parte de las críticas. La reunión, una de las más largas en la historia del bloque, hizo un receso y se esperaba que volviera a empezar el lunes por la tarde.

“Todo lo que quiero es una solución en lugar de archivar el problema”, dijo el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas. En alusión a las discrepancias, añadió: “También se ve: hacen falta enormes esfuerzos para volver a hacer a Europa unida fuerte. La pandemia nos impactó a todos”.

Hicieron falta un emotivo discurso durante la cena del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, implorando a los mandatarios que no fallaran en su unión, que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pegara un puñetazo en la mesa en gesto de enfado y una nueva ronda de planteamientos presupuestarios para que la cumbre siguiera en marcha.

Estaba previsto que los dos días de reuniones terminaran el sábado, pero las profundas discrepancias entre los 27 mandatarios obligaron a extender las negociaciones en dos días adicionales.

Rutte, que lidera a un grupo de cinco países adinerados del norte -Holanda, Austria, Finlandia, Suecia y Dinamarca- intentaba limitar costes e imponer estrictas garantías de reformas. Fue criticado por Macron, Italia y Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orban, preguntó por qué el holandés tenía tanto “odio” hacia su persona.

Rutte se lo tomó con tranquilidad.

“No estamos aquí porque vayamos a ir a la fiesta de cumpleaños del otro más tarde. Estamos aquí porque hacemos negocios para nuestro país. Todos somos profesionales”, dijo.

La pandemia ha sumido la economía de la UE en caída libre, matado a unos 135.000 ciudadanos y provocado una contracción del 8,3% este año.

La ejecutiva del bloque ha propuesto un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, basado en parte en deuda común, que se repartiría en préstamos y subvenciones a los países más afectados por la pandemia. Eso se sumaría al presupuesto europeo de siete años y un billón de euros que los líderes llevaban meses negociando incluso antes de la pandemia.

Incluso con Macron y la canciller de Alemania, Angela Merkel, negociando como socios afines, la tradicional alianza francoalemana no logró llamar al orden a los países enfrentados.

Durante la cena el domingo, los líderes sopesaron una propuesta de los cinco países adinerados, que sugirieron un fondo de recuperación con 350.000 millones en subvenciones y otro tanto en préstamos. Los cinco países de la UE, apodados “los frugales”, se habían opuesto durante mucho tiempo a la posibilidad de subvenciones, mientras que la ejecutiva de la UE había propuesto 500.000 millones de euros.

“Estamos listos para dar el salto de préstamos a subsidios”, dijo Rutte.

Todos los países están de acuerdo en que deben unirse, pero los cinco países norteños más acaudalados, liderados por Holanda, quieren controles más estrictos sobre el gasto, mientras que los países sureños más afectados, como España e Italia, dicen que esas condiciones deben mantenerse al mínimo.

La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, dijo que las negociaciones estaban en un momento delicado, pero que aún esperaba que se alcanzara un acuerdo que fuera refundacional para el bloque. En una entrevista el lunes con la radio Cadena SER, dijo que España estaba abierta a un plan con condiciones.

“Nosotros no rechazamos la condicionalidad y no rechazamos que haya una buena gobernanza que ofrezca confianza”, dijo. 'Lo que sí queremos es que eso tenga un marco, un marco que ofrezca confianza, claridad y transparencia, que es lo que fundamenta una relación de familia, que es una relación dentro de la Unión Europea”.

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