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Ante un intento de asalto a la inversión extranjera

Siendo nuestras plantas las más eficientes y amigables al medio ambiente del parque térmico privado, como históricamente han sido, su producción limpia y a menor costo son de gran beneficio para el pueblo y el Estado dominicanos

Frente a la campaña de descrédito orquestada a base de mentiras, medias verdades y manipulación de informaciones, atacando tanto a Seaboard como a la inversión extranjera en la República Dominicana, podemos decir categóricamente que hemos desmontado todas las falacias y argucias de esta cruzada infame, montada por titiriteros que no quieren competencia legítima en el sector eléctrico ni el uso racional de los recursos naturales, como ocurre en cualquier otro país industrializado, a menos que sea para el provecho de esos mismos intereses que se mueven en las sombras.

Las mentiras más frecuentes de esta campaña de noticias falsas han sido desmontadas por las pruebas irrefutables de la verdad, disponibles para el público en general en el site de verificación de datos insidetheboard.org.

Al ver que todas sus mentiras han sido desmontadas, los mismos calumniadores ahora se destapan con imputaciones insostenibles sobre la legitimidad de nuestra licencia ambiental vigente, alegando que se obtuvo de manera irregular, y presionan al Ministerio de Medio Ambiente para que la observe pero, como es propio de esos fabricantes de mentiras, este nuevo conjunto de alegatos también es falso.

¿En qué cabeza cabe que una empresa pública estadounidense de la lista Fortune 500 va a mandar a construir una planta de 140 millones de dólares, sin tener todos los permisos y cumplimientos al día?

¿Cómo se les puede ocurrir a los titiriteros de este asalto en contra de la inversión extranjera, orquestado para favorecer sus intereses particulares, que pueden sabotear los esfuerzos del presidente Luis Abinader para atraer inversiones sobre la base de la confianza, la ética y la institucionalidad?

Siendo nuestras plantas las más eficientes y amigables al medio ambiente del parque térmico privado, como históricamente han sido, su producción limpia y a menor costo son de gran beneficio para el pueblo y el Estado dominicanos, a través de la reducción de la huella ambiental, la tarifa eléctrica y el gasto de divisas.

Si las plantas no perjudican a nadie, ¿a quién beneficia esta campaña falaz? Los titiriteros son harto conocidos y su interés es el de siempre: operar en el sector eléctrico sin competencia y entorpecer el uso racional de los recursos naturales, como ocurre en cualquier país que crece, a menos que ese uso no sea para el provecho propio de los viles orquestadores de la infamia.

Mientras todo este circo es montado por este puñado de inescrupulosos e irresponsables, lo observan atentamente los inversionistas extranjeros actuales y potenciales, así como las oficinas comerciales de sus embajadas, las entidades multilaterales y demás organizaciones que velan por el cumplimiento de los tratados, leyes y acuerdos sobre los cuales se fundamenta el movimiento de los capitales que buscan destinos de inversiones donde se cumplan las leyes. Esos inversionistas confían en que el señor presidente de la República hará que se respeten las condiciones sobre las cuales hemos invertido en el país.

Confiamos en que en este momento de decisiones, cuando el fortalecimiento deseado en las instituciones públicas dominicanas se pone a prueba, LA VERDAD PREVALECERÁ, así como la seriedad y el compromiso de los funcionarios responsables de garantizar la seguridad jurídica, el clima de inversiones y el buen nombre de la República Dominicana ante el mundo.

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SEABOARD

Transcontinental Capital Corp.

El Timbeque, Santo Domingo, República Dominicana

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