Empresarios proponen un fondo para desarrollar la frontera

Analistas estiman que la brecha económica entre la República Dominicana y Haití se seguirá ampliando en el futuro, por lo que consideran necesaria la aplicación de medidas que logren un desarrollo binacional equilibrado que reduzca la presión migratoria.

Ante ello, empresarios propusieron la creación de un fondo al que se inyecten recursos para el desarrollo de la frontera domínico-haitiana. “Ningún grupo empresarial dominicano tiene capital para crear 500,000 empleos en la frontera. Eso requiere un fondo”, manifestó Juan Vicini, director del Consejo Económico Binacional Quisqueya durante el diálogo “La frontera: de problema a oportunidad”, organizado por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

El empresario habló de una inyección de 75 millones de dólares de cada lado de la frontera para construir una base de 150 millones de dólares que les permita avanzar en un plan piloto de desarrollo fronterizo que involucre no solo empresas, sino también infraestructuras que permitan elevar el nivel de vida en la zona.

Con ello, espera que se generen 300,000 a 500,000 empleos en los próximos seis años. “Es cuestión de sentarse y alinear intereses”, zanjó Vicini.

Su idea pasa por un modelo de desarrollo que involucre la instalación de empresas del lado haitiano, pero que incluyan un valor agregado y un manejo de cargas dominicano. Vicini destacó que en Haití y la zona fronteriza existe un potencial que no puede ser negado y que el vecino país cuenta con una legislación que involucra preferencias arancelarias, que favorece su productividad y competitividad.

Comercio ilegal

Fernando Capellán, presidente del Grupo M y de la empresa de zona franca Compagnie Développment Industrie (Codevi), resaltó la necesidad de desarrollar una zona en la que predomina la informalidad e ilegalidad. Estima que el comercio ilegal por la frontera dominico-haitiana oscila entre los 300 y 400 millones de dólares, lo que quita desarrollo a la zona.

“Mucha gente habla del caso de Haití sin entender la importancia que tiene ese país para nuestro desarrollo. Hay que poner atención en la frontera y mediar para bajar la tensión entre los extremos”, dijo Capellán.

Sus empresas se encuentran en la zona fronteriza, una del lado de Dajabón y la otra —la de la zona franca— en Ouanaminthe, Haití, desde donde operan empresas de Estados Unidos, Suecia, China, Inglaterra y Sri Lanka. Allí trabajan 12,500 personas, 1,000 de ellas dominicanos que cruzan a Haití cada día para trabajar en tareas textiles, en producción de gorras, de forros de colchones y de partes eléctricas.

Capellán cree que en la zona fronteriza hay potencial para instalar empresas de partes para ensamblar, de juguetes y zapatos. Asegura que es posible el desarrollo de la frontera, sobre todo el eje norte, pero que requiere de algunas medidas adicionales a las inversiones. Por ejemplo, la mejora del puerto Manzanillo para que tenga un mayor calado y potencie el intercambio comercial con el norte de Haití. El empresario también propuso que el mercado binacional de Dajabón opere seis días a la semana, en lugar de solo los lunes y viernes, porque eso aliviaría la presión del flujo de personas que se acumula en esa zona.

Se amplía la brecha

Por su parte, el economista Roberto Despradel señaló la importancia de que República Dominicana aproveche la situación actual en Haití antes de que se amplíe la brecha entre los dos países.

“En los últimos años ha habido un desgaste del crecimiento registrado tras el terremoto (...) Cada década se duplica la brecha del Producto Interno Bruto (PIB) entre ambos países. Esas disparidades terminan trasladándose a la frontera, y en la frontera hay un menor índice de calidad de vida”, dijo.

Despradel cree que desde la frontera hay mucho que mejorar. República Dominicana envía a Haití 10 % de toda su oferta exportable y Haití compra a República Dominicana 24 % de lo que importa.

millones de dólares representaría el comercio ilegal en la frontera, estima Capellán.

Suhelis Tejero Puntes