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Acto de equilibrio de EE.UU. con la deuda es cada vez más difícil

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Acto de equilibrio de EE.UU. con la deuda es cada vez más difícil
Dólares. (FOTO SHUTTERSTOCK.)

El drama del presupuesto se pudo resolver, pero se cierne el ‘día del juicio’

Antes de abordar las preguntas difíciles sobre cuánta deuda puede soportar EE.UU. o quién tiene la culpa de la deuda que actualmente aqueja al país, hay que darle las gracias al gobierno de EE.UU.. Ha hecho una pequeña cosa correctamente.

A fines de la semana pasada, el Senado y la Cámara de Representantes aprobaron, y el presidente firmó, un acuerdo presupuestario bipartidista para financiar al gobierno durante los siguientes dos años. Se elevó el techo de deuda autoimpuesto por el gobierno y se aumentó el gasto en los programas militares y domésticos. Así un breve cierre del gobierno, el segundo en este año, llegó a su fin. Los republicanos halcones del déficit o los demócratas, ávidos de aprovechar la amenaza de un cierre de gobierno para ventaja política, podrían haber bloqueado el acuerdo. Extender el drama, sin importar quién lo hiciera, hubiera sido irresponsable.

Las decisiones sobre los ingresos y gastos de la economía más grande del mundo no deberían tomarse a través de un ‘juego de la gallina’ conforme se cierne un límite arbitrario de la deuda. De hecho, este límite es sólo un anacronismo inútil que debería ser eliminado. Los gobiernos sólidos se financian sin amenazas ni recriminación.

De cualquier forma, el propulsor crucial del endeudamiento de EE.UU. no es el gasto militar ni el gasto doméstico discrecional. Es el gasto obligatorio, principalmente los pagos de seguridad social para los jubilados y programas de atención médica para adultos mayores y para los pobres. Junto con los intereses sobre la deuda nacional, éstos forman más de dos tercios del gasto federal, una proporción que, según pronósticos, va a seguir creciendo. Ante la ausencia de un debate sobre cómo reducir el enorme gasto obligatorio o cómo generar más ingresos para financiarlo, las batallas políticas como la que acaba de suceder son puro teatro. Tienen el potencial para hacer daño si salen mal, pero ninguna expectativa de modificar el panorama a largo plazo.

La trayectoria de la carga de la deuda de EE.UU. es inquietante. Por lo visto, el país se dirige hacia un déficit de por lo menos US$1 billón de dólares cada año, o sea de aproximadamente 5 por ciento o más del producto doméstico bruto. La deuda total de EE.UU., que actualmente es de 80 por ciento del PIB, rebasará 100 por ciento antes de una década si se mantienen las políticas actuales.

La pregunta es si esta creciente deuda dañará al país, y si es así, cuándo sucederá. El dolor se sentirá cuando los acreedores de EE.UU. requieran rendimientos más altos para otorgar sus préstamos. El aumento lento de los rendimientos del Tesoro en los últimos meses ha llevado a muchos a considerar esta posibilidad. Sin embargo, según la perspectiva histórica, la reciente alza en rendimientos es pequeña. Y sólo necesitamos observar a Japón para ver a un país grande y rico, con deudas más grandes que EE.UU., que aún puede obtener préstamos baratos. Sus ciudadanos son los prestamistas, y su confianza en la solvencia de su gobierno es profunda. Pudiera ser que los prestamistas globales tengan una fe similar en la solvencia de EE.UU., una gran economía que a la vez controla el ejército más poderoso del mundo y su principal moneda de reserva.

La administración Trump y sus aliados en el Congreso, sin embargo, no están haciendo mucho para retrasar la llegada del ‘día del juicio’. Han aprobado un paquete de impuestos que añadirá $US1 billón al déficit en la próxima década y están planeando añadirle gastos en infraestructura. Todo esto cuando la economía está creciendo bien y el precio de las acciones es alto. Una carga de deuda que podría ser sostenible en el mediano plazo se volverá rápidamente un problema de corto plazo si un susto inflacionario provoca un endurecimiento de las políticas monetarias y el aumento de las tasas de interés, reduciendo los precios de los activos y desacelerando a la economía.

Probablemente se pueda evitar un escenario tan negativo, pero esto ilustra un punto clave. EE.UU. puede asumir una gran cantidad de deuda: probablemente una carga de deuda mucho mayor que la actual. Pero conforme aumenta la carga, el margen de error del país se reduce.