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Argentina padece de una crisis de confianza

Los mercados temen que el gobierno de Macri no tenga respuestas para la caída del peso

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Argentina padece de una crisis de confianza
Mauricio Macri

Tasas de interés a niveles máximos a escala mundial. El mayor programa del Fondo Monetario Internacional de la historia. Un gobierno pro empresarial, con un gabinete tecnocrático que los líderes mundiales están dispuestos a apoyar. Y, sin embargo, Argentina sigue sufriendo de un creciente pánico bursátil.

Argentina ya ha adoptado previamente la ortodoxia económica, pero los mercados financieros emboscaron al país. El creciente pánico de esta semana, durante la cual el peso se desplomó y el banco central se vio obligado a elevar las tasas de interés al 60%, es apenas el último ejemplo, lo cual ha hecho que muchos se pregunten: ¿en qué se está equivocando el presidente Mauricio Macri?

Una respuesta es: mala comunicación. La última ronda de ansiedad bursátil se aceleró después de que el Sr. Macri anunció el miércoles que le había pedido al FMI que acelerara el desembolso de su paquete de rescate de US$50 mil millones.

Aunque se suponía que esto tranquilizaría a los argentinos, el inesperado discurso asustó a los mercados pues no hubo una explicación técnica que lo acompañara por parte del equipo económico del Sr. Macri.

La falta de una respuesta inmediata del FMI no ayudó. Fue tan sólo nueve horas más tarde, después del cierre de los mercados, que Christine Lagarde, la jefa del FMI, ratificó su “apoyo a los esfuerzos políticos de argentina y nuestra disposición a ayudar al gobierno”.

Desde entonces, las autoridades argentinas han intentado calmar los nervios de los inversionistas, quienes han estado preocupados por la combinación del aumento de las tasas de interés estadounidenses, la fortaleza del dólar, la inestabilidad en Turquía y la creciente preocupación por las necesidades de financiamiento de Argentina.

Sin embargo, los analistas temen que el gobierno sólo ofrecerá las mismas soluciones convencionales que hasta ahora han fracasado. Ha aumentado los requisitos de reserva para los bancos, desplegado una estrategia para reducir la deuda a corto plazo, recortado el gasto y cambiado el liderazgo del banco central, el cual el jueves aumentó las tasas en 15 puntos porcentuales hasta colocarlas en un nivel máximo a escala mundial, anunciando que las mantendría a ese nivel al menos hasta diciembre.

Sin embargo, el pánico bursátil continúa, debido a problemas que, según algunos, trascienden los fundamentos económicos y se extienden a la política e incluso la psicología.

“Los mercados están exagerando. No es un problema de falta de dólares; es una falta total de confianza en el peso”, agregó Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina, un grupo empresarial.

Una de las razones de la falta de confianza en el mercado es histórica: después de décadas de crisis financieras, los argentinos ya no confían en su moneda y por lo tanto ahorran en dólares.

Además, poco después de que se anunciara el llamado “acuerdo precautorio” con el FMI en julio, el gobierno dijo en una presentación que sus necesidades netas de financiamiento para 2019 eran de US$8 mil millones. Sin embargo, muchos economistas tenían dudas y estimaron que el número real estaba más cerca de los US$20 mil millones.

Aun así, incluso esa cifra de financiamiento debería ser manejable, alegó Marcos Buscaglia, socio fundador de Alberdi Partners, un bufete de asesoría económica.

El Sr. Buscaglia estima que las necesidades brutas de financiamiento son de aproximadamente US$45 mil millones para el próximo año, pero más de US$26 mil millones de esa cifra ya están asegurados, incluyendo US$11.7 mil millones del FMI. Eso deja una brecha financiera de unos US$19 mil millones, de los cuales US$5.6 mil millones están denominados en moneda extranjera, lo cual puede cubrirse mediante el refinanciamiento de la deuda.

“Esto pone de manifiesto cuán pequeño es el problema en comparación con la magnitud del miedo del mercado”, dice, alegando que la brecha financiera era pequeña para la economía argentina de US$545 mil millones.

Aun así, a los economistas les preocupa la capacidad de Argentina para refinanciar la deuda local y restablecer la credibilidad de su política monetaria.

Mientras tanto, aunque la situación sigue siendo muy diferente a lo que era en la crisis económica de 2001, las astronómicas tasas de interés acelerarán la inminente recesión, mientras que la caída del peso alimentará una inflación obstinadamente alta de alrededor del 30%. Un aspecto positivo es que la pérdida de más del 50% de su valor que el peso ha sufrido este año reducirá el déficit en cuenta corriente que es de alrededor del 5% del PIB.

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