Brasileño Paulo Guedes confía en las reformas a pesar de la crisis en Chile

Quizás las tres semanas de disturbios y saqueos en Chile en contra de las políticas de libre mercado hayan puesto a prueba las convicciones de muchos liberales económicos abnegados, pero la fe de Paulo Guedes, el ministro de Economía de Brasil, no tiene límites.

En una entrevista con el Financial Times, el Sr. Guedes rechazó cualquier sugerencia de darles marcha atrás a las reformas económicas más ambiciosas de Brasil desde su regreso a la democracia en la década de 1980. Después del éxito que tuvo en impulsar unos recortes inimaginables de las generosas pensiones del gobierno, el discípulo, nativo de Río, de Milton Friedman presentó la semana pasada su más reciente paquete de medidas para reducir la abultada maquinaria estatal de su país.

“Durante los últimos 40 años hemos seguido siendo una economía cerrada. No nos importaba integrar las cadenas de valor globales, aumentar la competitividad, aumentar la productividad”, dijo el Sr. Guedes. “Ahora lo vamos a hacer”.

Las nuevas propuestas reformarían integralmente la maquinaria del gobierno al liberar más dinero para el gasto de inversión, activando medidas automáticas de austeridad cuando se violen los límites fiscales y descentralizando el gasto público. Las reformas acabarían con alrededor de una quinta parte de los municipios del país que no son financieramente viables y venderían la mayor parte de la mayor empresa de servicios públicos de Brasil, Eletrobras.

El Sr. Guedes estimó que los ahorros, tan sólo de las reformas administrativas, serían de R350 mil millones (US$85 mil millones) durante los próximos 10 años.

“La característica más importante (del nuevo paquete) es la responsabilidad fiscal”, dijo, conforme explicó cómo funcionarían las medidas automáticas de austeridad. “Dejamos de dar aumentos. No hay aumento salarial, no hay promoción, simplemente se congela el gasto salarial durante dos años. Así que ninguna crisis fiscal durará más de un año y medio en Brasil a partir de ahora”.

El gobierno conservador del presidente Jair Bolsonaro carece de una mayoría en el congreso, el cual debe aprobar las medidas. Pero el Sr. Guedes cree que la aprobación final de las reformas de pensiones el mes pasado es una prueba de que el clima político en Brasilia ha cambiado como resultado de la presión pública.

“Me sorprende lo bien que van las cosas en el congreso ahora”, dijo. “Ya no hay peleas. Ya lo entienden”.

Repite con agrado el canto de los manifestantes progubernamentales este año exigiendo R1 billón en ahorros en pensiones estatales: “Um trilhão, Paulo Guedes tem razão” (o sea, “un billón, Paulo Guedes tiene razón”).

“Los políticos vieron eso y entraron en pánico”, dijo riendo el ministro de Economía. “Dijeron: ‘Jesucristo, tenemos que aprobar un sacrificio. La gente nos está pidiendo que hagamos un sacrificio. Están pidiendo un billón’. Es asombroso”.

El Sr. Guedes es un ex “day trader”, o especulador intradiario, que cofundó el Banco Pactual — que luego se convirtió en uno de los mayores bancos de inversión de Brasil — antes de dirigir su propio fondo. Ahora con 70 años de edad, está aprovechando la oportunidad de cumplir una ambición de toda la vida: liberar en su tierra natal toda la fuerza de la economía de libre mercado que aprendió de Friedman en la Universidad de Chicago en la década de 1970. Frustrado por la hostilidad al liberalismo económico en Brasil después de regresar de EEUU, el Sr. Guedes trabajó en la Universidad de Chile en la década de 1980 bajo la dictadura de Pinochet. Fue testigo presencial de las reformas de los “chicos de Chicago”, economistas chilenos que habían aprendido del mismo gurú.

“Fue una transformación maravillosa”, dijo sobre su trabajo. “El país duplicó su ingreso per cápita. Thatcher, Reagan, ellos lo entendieron”.

¿Acaso las violentas protestas que han sacudido Chile no han cambiado su punto de vista? El Sr. Guedes cree que la causa principal ha sido mal diagnosticada. “Lo que sucedió en Chile es que no aprobaron sus reformas democráticamente. Así que ni siquiera entienden las razones de su éxito”.

¿Podría haber un problema con el modelo de libre mercado puro? “Es sorprendente cómo la gente utiliza la política para decir estupideces sobre economía”, contesta. “Un país crece 35 años más rápidamente que el resto. Luego hacen una protesta que se parece muchísimo a la de los chalecos amarillos en Francia, y luego dicen: miren, el sistema de pensiones no funciona en Chile. Yo diría lo contrario. Yo diría: bueno, quizás la socialdemocracia no funciona, porque tuvieron siete presidentes socialdemócratas y sólo un liberal”.

La socialdemocracia es una bestia negra en especial para el Sr. Guedes, quien cree que ha llevado a Europa, y a Brasil, a renunciar al crecimiento en nombre de la reducción de la desigualdad en lugar de abrazar incondicionalmente el capitalismo y los mercados, como en Asia.

En un momento de creciente incertidumbre mundial sobre el futuro del capitalismo de libre mercado, la fe del Sr. Guedes en sus héroes económicos no tiene límites. El nombre de su programa, “Camino a la prosperidad”, es una amalgama, según explica, del tratado de Friedrich Hayek sobre el libertarismo del mercado “Camino de servidumbre” y “La prosperidad mediante la competencia” de Ludwig Erhard, que orientaron el milagro económico alemán de la posguerra.

Quizás la mayoría de los brasileños, que sufren una de las peores distribuciones de ingresos del mundo y niveles persistentemente altos de pobreza, no capten las referencias filosóficas. Veja, un semanario brasileño de noticias que critica al gobierno, ha acusado al Sr. Guedes de “una falta de sensibilidad social digna de un villano de una novela”.

Los banqueros en la capital financiera de Brasil, São Paulo, siguen preocupados del nivel de apoyo que el Sr. Bolsonaro le ofrecerá finalmente el Sr. Guedes, recordando el antiguo apego del voluble presidente a las políticas estatistas. “Hasta ahora, Bolsonaro le ha dado una enorme libertad de acción a Guedes”, dijo uno. “¿Pero, acaso Bolsonaro cree plenamente en sus políticas? No, no creo que así sea”.

El Sr. Guedes no se inmuta y dice que se siente confiado de su estrecha relación con el presidente de extrema derecha: “Él vino conmigo y me está apoyando. Debo decirlo honestamente. El presidente nunca ha dejado de apoyarme. Nunca”.

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