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Guerra comercial
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Conflicto entre EEUU y China tiene ecos del pasado de Europa

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Conflicto entre EEUU y China tiene ecos del pasado de Europa
Hay riesgos que los mercados no han podido advertir (SHUTTERSTOCK)

He aquí una historia que debería parecer familiar. Una gran potencia, insuperable en poder militar y capacidad tecnológica, exporta su modelo económico de libre comercio a todo el mundo. Las fronteras colapsan, las distancias se reducen y el mundo luce más pequeño. Pero los excesos del mercado y la disfunción política llevan a otras naciones a cuestionar la sensatez de su enfoque y surge otro poder, uno cuyo dominio se basa en un sistema de nacionalismo económico y política industrial. Conforme florece, el primero se estanca, lo cual provoca un conflicto que lleva no sólo a la guerra, sino también a un declive de los activos financieros y comerciales globales durante una década.

Me refiero, por supuesto, a la última ola de globalización que involucró a Inglaterra y Alemania, y que eventualmente culminó con la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. Fue un auge que duró casi ocho décadas, durante el cual el comercio global y la apertura financiera casi se duplicaron. Sin embargo, como señaló el Banco de Pagos Internacionales en su informe anual de 2017, “el colapso de la primera ola fue tan notable como su auge”, lo que finalmente derivó en “una reversión casi total” de los flujos comerciales y financieros transfronterizos.

Los mercados no lo vieron venir. Y a riesgo de parecer una Casandra, me pregunto si no son igualmente inconscientes sobre lo que está sucediendo entre EEUU y China. El conflicto entre estas grandes potencias tiene obvias similitudes con la historia anterior, no sólo en términos de modelos económicos opuestos y nacionalismo creciente, sino también en la línea de tiempo de auge y depresión. Después de todo, han pasado más de siete décadas desde que comenzó la actual ola de globalización de posguerra. Acontecimientos recientes, en mi opinión, han elevado al máximo el nivel de preocupación de los mercados. Uno fue la solicitud estadounidense de que Canadá arrestara y extraditara a la jefa de finanzas de Huawei, seguido de su decisión de acusar al fabricante chino de chips de espionaje y violaciones de sanciones. Como dijo el inversionista Luke Gromen en su reciente boletín, el FBI ha declarado efectivamente “momento oficial del fallecimiento de la globalización”. EEUU también aumentó la presión sobre sus aliados para limitar la capacidad de Huawei para hacer negocios en sus mercados, algo que refleja el sentimiento que ya se está gestando en varios países, entre ellos Alemania.

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