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Diplomáticos estadounidenses en Cuba sufren misteriosa pérdida de audición

Washington sospecha que un dispositivo sónico encubierto afectó a los diplomáticos en la isla

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Diplomáticos estadounidenses en Cuba sufren misteriosa pérdida de audición
Las víctimas del incidente vivían en viviendas propiedad del gobierno cubano.

Después de casi 60 años de hostilidades mutuas, La Habana está investigando uno de los más extraños incidentes que afectan las relaciones entre EE.UU. y Cuba: una severa pérdida de audición entre un grupo de diplomáticos estadounidenses radicados en la isla caribeña el año pasado.

A finales de 2016, varios diplomáticos estadounidenses en Cuba comenzaron a sufrir una inexplicable pérdida de audición. La conclusión de Washington es que fueron expuestos a un dispositivo sónico encubierto que operaba fuera de la gama de sonido audible y había sido desplegado dentro o fuera de sus residencias en Cuba.

En un comunicado inusualmente explícito, el Ministerio de Relaciones Exteriores de La Habana anunció a última hora del miércoles que “Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción”.

Agregó que La Habana había iniciado una “investigación exhaustiva, prioritaria y urgente”. La declaración también fue publicada en la edición del jueves de Granma, el periódico estatal.

Cuba emplea un riguroso aparato de seguridad del Estado e incluye a los diplomáticos estadounidenses entre aquellas personas más estrechamente vigiladas. Como casi todos los diplomáticos extranjeros, las víctimas del incidente vivían en viviendas propiedad del gobierno cubano, el cual las mantiene.

Sin embargo, funcionarios estadounidenses le dijeron a Associated Press, la cual informó primero sobre el asunto, que los investigadores están estudiando la posibilidad de que el ataque sónico fuera llevado a cabo por un tercer país como Rusia, posiblemente sin el conocimiento de la cadena formal de mando de Cuba.

El incidente ocurrió el año pasado, cuando EE.UU. y Cuba llevaban dos años de un delicado proceso de acercamiento que incluyó la reapertura de embajadas en sus respectivas capitales, después de más de cinco décadas de hostilidades.

Donald Trump, el presidente estadounidense, revirtió parcialmente ese acercamiento en junio, un mes después de que EE.UU. les pidió a dos funcionarios cubanos en Washington que abandonaran el país a causa del incidente sónico. Cuba llamó la expulsión de sus diplomáticos “injustificada”.

“Inicialmente, cuando ellos empezaron a reportar lo que llamaré síntomas, tomó tiempo averiguar qué era, y esto todavía está en curso”, dice Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. “Nos tomamos esto muy en serio”.

“El gobierno cubano tiene la responsabilidad y la obligación bajo la Convención de Ginebra de proteger a nuestros diplomáticos. Ésa es parte de la razón por la que ésta es una principal preocupación, por eso nos tomamos esto tan en serio. . . además de la protección y la seguridad de los estadounidenses”.

El incidente no se asemeja a las actividades previas de los servicios de seguridad cubanos, sobre todo porque no está claro qué podrían ganar con ello. Una teoría es que los dispositivos sónicos eran de escucha que tuvieron consecuencias inesperadas.

“Parece algo increíble”, dijo Christopher Sabatini, un experto en Cuba y profesor de asuntos internacionales de la Universidad de Columbia. “Va en contra de la política de mejoramiento de las relaciones bilaterales. Quizás uno esperaría más espionaje de las reuniones de diplomáticos con activistas cívicos. Pero como política oficial parece extraña, lo que me lleva a creer que fue un elemento rebelde en Cuba o un engaño”.

Aunque las relaciones entre La Habana y Washington se han deteriorado este año, Raúl Castro, el presidente cubano, se ha esforzado en decir que permanece abierto al restablecimiento de las buenas relaciones.

Castro, de 83 años de edad, debe dimitir como presidente en febrero, y las encuestas de opinión pública muestran que la mayoría de los cubanos quieren mejores relaciones bilaterales. Sin embargo, eso sería complicado, dada la presunta participación de La Habana en proveer asesores de inteligencia al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sancionado la semana pasada por Washington por ser un “dictador”.

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