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Diplomacia
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El futuro del mundo está en manos de los generales de EE.UU.

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El futuro del mundo está en manos de los generales de EE.UU.
Mundo. (FOTO SHUTTERSTOCK)

Trump está desviándose de la doctrina de la disuasión nuclear que aún sigue el ejército.

He aquí una medida del dilema democrático de EE.UU.: la mayor parte del mundo está apostando por los generales del país para contener a su comandante en jefe. Por lo general es al revés.

Cuando les preguntaron a los estadounidenses en quién confiarían “para manejar responsablemente la situación de Corea del Norte”, 72 por ciento de ellos dijeron que confiarían en el ejército de EE.UU. Sólo 37 por ciento de ellos eligieron a Donald Trump, su presidente civil. Esto no se ha visto antes. Cuando acudimos a los uniformes para que protejan a la república constitucional más grande del mundo, algo anda mal.

Sin embargo, es exactamente lo que está sucediendo. En los últimos días, el Sr. Trump ha triturado la tradicional — e intuitiva — doctrina de la disuasión nuclear de EE.UU. Su principio clave es que EE.UU. tomará represalias ante cualquier ataque en contra del país o de sus aliados por parte de un adversario nuclear, en este caso, un ataque de Corea del Norte en contra de EE.UU., o en contra de sus principales aliados regionales, Japón y Corea del Sur. La doctrina de la destrucción mutua asegurada fue entendida por una sucesión de autócratas soviéticos durante la guerra fría. Hasta ahora, la postura pública de Washington era que la disuasión también funcionaría con Kim Jong Un, el dictador de Corea del Norte.

El Sr. Trump se ha desviado de ese guion. En varias ocasiones, más recientemente el domingo pasado, el Sr. Trump insinuó que EE.UU atacaría a Corea del Norte primero para eliminar sus armas nucleares. Ese mensaje probablemente alterará aún más el estado mental del Sr. Kim.

Si el Sr. Trump cree que el “Hombre Cohete está en una misión suicida”, como afirmó en las Naciones Unidas la semana pasada, el Sr. Kim revisará sus cálculos. Del mismo modo, cuando el Sr. Trump difunde que el Sr. Kim “no será el líder por mucho más tiempo”, como tuiteó el fin de semana pasado, el Sr. Kim podría suponer que EE.UU. está elaborando planes para eliminarlo.

Las palabras importan. A veces pueden ser letales. La volatilidad semántica del Sr. Trump aumenta las posibilidades de que el líder de Corea del Norte se arriesgue a lanzar un disparo de advertencia primero. No podemos saber si eso implicaría atacar un buque surcoreano, disparar contra una patrulla de aviones estadounidenses, o algo peor aún. Pero una vez que comience, será difícil controlar el resultado. Dado que las armas nucleares son el único apalancamiento de Kim, todo escenario de guerra implica un aterrador riesgo de una rápida escalada. Éstas son las reglas que el Sr. Trump está reescribiendo. Deberíamos estar agradecidos de que tuvo el buen sentido de nombrar al exgeneral Jim Mattis para dirigir el Pentágono.

Mientras que el Sr. Trump tiene a todos adivinando, el Sr. Mattis ha estado tranquilizando a los aliados de EE.UU. de que el enfoque del país no ha cambiado. ¿Pero pueden confiar en su palabra? Nadie duda de que el Sr. Mattis, y su colega, el exgeneral John Kelly, jefe de gabinete de la Casa Blanca, están intentando enseñarle al Sr. Trump los fundamentos de la postura nuclear del país.

Ni el Sr. Mattis, ni el Sr. Kelly, se han apartado de la postura tradicional. Son soldados disciplinados. Sin embargo, su presidente no siempre los escucha. A veces, como el martes, el Sr. Trump dice lo que se supone que debe decir. A veces no.

¿Qué Sr. Trump toma en serio el Sr. Kim? Ya que el resto de nosotros no estamos seguros de la respuesta, ¿cómo podemos esperar que el Sr. Kim lo sepa? Ése es el problema. Las pautas de la planificación militar dictan que debes prepararte para lo peor. Si es así, entonces debemos asumir que el Sr. Kim está apostando a que el belicoso Sr. Trump sea el verdadero. El Sr. Trump, después de todo, puede despedir al Sr. Mattis y al Sr. Kelly en cualquier momento. Si él decide despedir a cualquiera de ellos, o cualquiera de ellos llega a renunciar, los riesgos de un conflicto entre EE.UU. y Corea del Norte aumentarían dramáticamente.

Los próximos días deben proporcionar dos indicadores. El primero es si el Sr. Kim llevará a cabo una prueba atmosférica, como Pyongyang lo ha insinuado. Hasta ahora, sólo ha probado ojivas subterráneas. Esto sería un giro siniestro. La opinión pública estadounidense podría entonces apoyar los instintos de confrontación del Sr. Trump.

E segundo es si el Sr. Trump se retira del acuerdo nuclear de Irán, como también lo ha insinuado, en contra de los consejos del Sr. Mattis.

Cualquiera de los dos sería alarmante. Ambos podrían tener consecuencias graves. Debemos esperar que el Sr. Trump esté escuchando a sus generales. Es suficientemente malo que siga incitando al Sr. Kim a tomar acción en contra de él. Éstas son las tácticas de un acosador escolar. Sería mucho peor si convence a Irán a seguir su ejemplo.

Por Edward Luce (c) 2017 The Financial Times Ltd. All rights reserved.

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