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Enfoque belicoso de EEUU complica relaciones con Corea del Sur

La reputación de Washington sufre tras exigir que Seúl aumente drásticamente el gasto militar

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Enfoque belicoso     de EEUU complica relaciones con   Corea del Sur
Reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un

©The Financial Times Ltd, 2019. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna. Diario Libre es el único responsable por la traducción del contenido y The Financial Times Ltd no acepta responsabilidades por la precisión o calidad de la traducción.?

La alianza entre EEUU y Corea del Sur — una relación “forjada con sangre” como dice el dicho — está enfrentando una de sus pruebas más serias en años. Los negociadores de ambos países están enfrascados en tensas conversaciones sobre las exigencias estadounidenses de que Corea del Sur quintuplique con creces su contribución al apoyo de defensa de EEUU, de US$870 millones a US$5 mil millones.

Existe un alto riesgo de una reacción negativa en contra de Washington, y no sólo en materia de seguridad. Para muchos en Seúl, el aumento es una solicitud descabellada. Después de enfrentar la ignominia de tener que renegociar un acuerdo de libre comercio con Washington desde que Trump llegó al poder, y con su economía dependiente de las exportaciones afectada por la guerra comercial entre EEUU y China, los surcoreanos cuestionan, quizás con toda razón, qué significa realmente la alianza con EEUU.

Como me dijo un ex analista de la CIA, al “monetizar las alianzas”, la administración Trump podría en última instancia provocar mucha más resistencia a Washington por parte de sus aliados tradicionales. Ya estamos viendo esto en Seúl, donde grupos tradicionalmente pro-estadounidenses, están criticando duramente el tratamiento. El periódico conservador Chosun Ilbo dijo en un editorial la semana pasada: “El presidente estadounidense está tratando el problema de los costos compartidos de defensa con Corea del Sur como si fuera una renta no pagada. No se sabe a qué tácticas de presión recurrirá si Seúl no paga”.

El acuerdo actual — denominado Acuerdo de Medidas Especiales — desde 1991 ha ayudado a cubrir los costos de los ahora 28,500 soldados estadounidenses estacionados en la península de Corea. Se ha renegociado debidamente cada cinco años, pero, en 2018, sólo se firmó un acuerdo de un año después de que los funcionarios no cumplieran con las expectativas del Trump.

Se necesita un nuevo acuerdo para fin de año y los negociadores estadounidenses están intentando lograr un acuerdo que le guste a su presidente mientras intentan no ofender a sus homólogos más de lo realmente necesario. Pero el enfoque hostil percibido está socavando la postura del gobierno estadounidense justo cuando está intentando obligar a las potencias tecnológicas de Corea del Sur y Taiwán a que excluyan a Huawei, la compañía china de telecomunicaciones.

El embajador de EEUU en Seúl, Harry Harris, en los últimos meses presionó públicamente a los grupos surcoreanos para que eviten el uso de equipos Huawei como parte del despliegue de la red 5G del país. Ese estilo deliberadamente poco colaborador de cabildeo coincide con la presión que se le ha aplicado al gobierno de Taipéi por el suministro de chips de computadora a la compañía de telecomunicaciones china. Éstas son solicitudes inaceptables dado que las compañías más grandes de ambos países — incluyendo Samsung Electronics y TSMC — venden miles de millones de dólares en chips de computadora a Huawei cada año.

Altos funcionarios en Seúl le han dicho al Financial Times que el gobierno aquí les ha dejado claro a sus homólogos en Washington que no intervendrán en el sector privado. Pero les preocupa tener que “elegir bandos” entre Washington y Beijing.

El enfoque estadounidense a las conversaciones sobre gastos militares también se está monitoreando detenidamente en Europa y Asia porque el Sr. Trump ha lanzado andanadas similares contra otros países por su dependencia del apoyo estadounidense para la defensa.

Le pregunté a uno de los arquitectos del acuerdo original de 1991 qué estaba haciendo EEUU y rápidamente utilizó un refrán clásico chino: “sha ji xià hóu”, o “matando un pollo para asustar a los monos”. O sea, esencialmente, haciéndole la vida difícil a Corea del Sur a manera de advertencia para los que vienen después: Japón, Alemania y los otros socios de la OTAN.

Mientras tanto, los observadores en Moscú, Beijing y Pyongyang seguramente están disfrutando del espectáculo.

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